Martín Ron (31) y Leandro Frizzera (30) son, antes que muralistas, dos jóvenes talentosos. Juntos idearon “la santificación de ídolos populares”, es decir, el homenaje a próceres de la cultura nacional con un mural en algún paredón, algo bien a la vista de todos. El primero fue Carlitos Tevez, el jugador del pueblo, en una medianera de Fuerte Apache. Después le tocó a la Mona Jiménez en el Club Sargento Cabral de Córdoba, donde toca siempre. Le siguió el escritor Ernesto Sábato, un regalo por sus (casi) cien años frente a su casa de Santos Lugares. La última fue la Coca Sarli en Villa Pueyrredón: “La pintamos un domingo a la tarde”, cuenta Martín con total naturalidad, como si fuera algo que se hace todos los días, pintar un mural en un ratito. Los próximos son los de Maradona y Spinetta. No es sólo eso, los chicos -que a veces pintan solos y a veces con otros muralistas- llevan adelante un programa de “Embellecimiento Urbano” en el Partido de Tres de Febrero, al que quieren convertir en la capital del “arte urbano”. Así que ahí están pinta que te pinta en las paredes, por ejemplo, de Caseros: en el club Estudiantes o en la estación El Tropezón.En Capital, decoraron las entradas de luz y de aire, de la estación Parque Patricios de la línea H del subte con temática mitológica: “Lo hicimos en dos días y el desafío fue pintar en esas estructuras cilíndricas”, detalla Nieves Fraga (28), muralista y talentosa ella también. Y se sorprende con la buena devolución de vecinos que ahora le ofrecen para pintar en los frentes de sus casas.