La primera cooperativa argentina de seguros fue fundada el 1º de octubre de 1898 y se llamó “El Progreso Agrícola”. Con su casa matriz ubicada en Pigüé, provincia de Buenos Aires, es la más antigua del país y la primera en Latinoamérica en brindar servicios de seguros. Y la primera cobertura que ofreció fue contra el granizo que azotaba a los productores de aquella época.De acuerdo con los últimos registros anuales correspondientes a 2011, el mercado asegurador argentino, fue el que más creció en la región latinoamericana “debido al aumento del nivel de ocupación y de los salarios, junto con un aumento del consumo”, según el informe de una entidad privada.
El sector concentra una producción anual de unos $ 45.000 millones. El 80% de la facturación corresponde al rubro patrimonial, con alta predominancia de la cobertura automotor, y riesgos del trabajo. El resto se aplica a personas Pese a ese crecimiento en valor, que llevó al sector a alcanzar una participación en el PBI de 2,77%, el más alto de la última década, “la clave es lograr una mayor penetración en la actividad económica acorde con los parámetros registrados en otros países de América Latina”, sostienen los principales directivos de la Asociación Argentina de Compañías de Seguros.
Para los dirigentes de la entidad, se destaca “el amplio horizonte de crecimiento que tiene el sector. Basta con mencionar que más del 25% de los automotores circulan sin seguro, millones de argentinos no ahorran a través de seguros de vida y retiro, más del 45% de la superficie cultivada no cuenta con ningún tipo de cobertura, más del 80% de las viviendas y comercios no tienen pólizas contra incendio y la mayoría de las actividades que generan riesgos para el medio ambiente tampoco están aseguradas. Asimismo, hay un campo importante de crecimiento en seguros obligatorios, seguros sociales y microseguros”.Dentro del natural movimiento asegurador, una de las claves para las compañías es el crecimiento con rentabilidad, especialmente en los parámetros técnicos, adecuando los precios a la siniestralidad.
Un mercado que puede crecer más
