El subte B aún se resiste a llegar a Villa Urquiza. Es cierto que el viernes pasado quedaron oficialmente inauguradas las estaciones Echeverría y Juan Manuel de Rosas, en el corazón de ese barrio. Sin embargo, los metrodelegados del subterráneo se niegan a utilizar esas paradas porque, según denuncian, tienen fallas estructurales, desde filtraciones hasta bajas normas de seguridad tanto para los trabajadores como para los pasajeros. Así las cosas, el fin de semana la línea siguió funcionando entre Alem y los Incas (como siempre) y no se pudo lograr que las formaciones llegaran al nuevo tramo, de 1,6 kilómetros.
Si bien el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, había calificado la oposición a prestar el servicio como un tema político, desde la Ciudad admitieron que hoy intentarán destrabar el conflicto. Para eso, citaron a los delegados del subte para plantear “un cronograma de trabajo” y lograr que entren en funcionamiento Echeverría y Rosas, reconoció el subsecretario de Trabajo porteño, Ezequiel Sabor. El funcionario afirmó que trabajan “para garantizar este servicio que beneficia a la gente” y que por ello impulsarán el “diálogo para llegar a una solución”.
El viernes, tras las inauguraciones encabezadas por Macri, los vagones llegaron hasta la nueva cabecera (Rosas) con personal jerárquico de Metrovías. Pero el fin de semana eso no se pudo hacer porque, explicaron desde la empresa, ese esquema de trabajo no se podría mantener durante la semana. Los metrodelegados denunciaron filtraciones de agua que potencian un riesgo eléctrico y la falta de sistemas de comunicaciones. “Esto significa que si se descompone un pasajero no podemos avisar”, sostuvo el delegado Néstor Segovia. Desde la Ciudad, en tanto, recordaron que la Justicia porteña ya desestimó un amparo sobre estos temas y repitieron que hay dos dictámenes técnicos que confirman que no hay problemas.