Si fue polémica la salida del director del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) Guillermo Alonso a quien en 2013 luego de tenerlo un año sin noticias sobre la renovación o caducidad de su cargo lo invitaron a irse de la noche a la mañana, más controvertido está siendo el concurso para convocar por cinco años al próximo director que abrochará a otro funcionario al cargo durante toda la gestión del nuevo Presidente de la Nación.
Un vistazo rápido al Boletín Oficial en el área del Ministerio de Cultura de la Nación, a cargo de Teresa Parodi, permite observar que en la actual gestión, si una conjugación verbal se repite en decretos y resoluciones  es “desígnase”. Nunca una obra de infraestructura, nunca una refacción que tanto necesitan muchos museos nacionales, nunca un final de obra para quitar los andamios del Teatro Cervantes.
En el caso del MNBA hay preocupación entre quienes trabajan desde hace años por sostener un perfil internacional en un museo que se ha vuelto local, por sobre todo. Los intentos por obtener información sobre el concurso se llenan de obstáculos. Hay miedo de hablar, miedo de aparecer on the record, miedo de contestar dos preguntas obvias: con qué criterio se seleccionaron los jurados y qué perfil de director pretende Cultura para el MNBA. Ayer, Clarín intentó hablar con Araceli Bellotta, pero su secretaria respondió: “La directora no puede atenderla”. La cronista insistió para comunicarse más tarde y la respuesta fue: “No, no llame más”. Dos intentos posteriores arrojaron por resultado la misma respuesta.