Durante septiembre, las empresas trabajaron con 73% de su capacidad instalada, prácticamente en los mismos porcentajes que agosto. La incertidumbre política y económica puso en compás de espera inversiones programadas, y eso afectó la capacidad productiva de algunas fábricas. Por otra parte, se acentuaron los problemas para obtener materias primas y otros insumos. Las empresas encuestadas tampoco consiguieron repuestos de maquinarias y debieron demorar o reducir escalas de producción.
La cadena de pagos fue un problema constante: por temor a las disparadas de precios, los proveedores solicitaron pago contado e incluso anticipado para entregar mercadería, condiciones que las pymes no pudieron cumplir. Estos resultados surgen del índice de producción industrial pyme (IPIP) que elabora CAME en base a una muestra que alcanzó a 413 industrias pyme a nivel federal.
La mejor performance del mes la tuvo “Textil e indumentaria”, con un crecimiento anual de 5,1% en su producción, a precios constantes. Fue el único sector en alza. La peor corresponde al rubro “Químicos y plásticos”, con una caída de 17,2% interanual. En el acumulado del año, la mejor performance sectorial correspondió a “Alimentos y bebidas”, con un incremento de 4,2% frente al período enero-septiembre de 2022. La peor se dio en “Papel e impresiones”, con un desplome del 16,1%.