El Centro de Estudios Tributarios de la Universidad Austral evaluó la problemática de la informalidad de la economía y su vínculo con la evasión impositiva: a mayor informalidad de la economía de un país, mayor será su evasión porque la posibilidad y el margen para incumplir con las obligaciones tributarias se incrementa.
Debido a la relevancia que tiene el IVA en la recaudación tributaria, como es el caso de Argentina donde representa el 24% de la recaudación total, la evasión del IVA puede utilizarse para tener una aproximación a la evasión total.

Según consideraron Diego Rivas y Lucio Cardinale, ambos autores del informe, la evasión impositiva no es una problemática exclusiva de nuestro país, y es que la mayoría de los países del mundo tienen algún grado de evasión de sus tributos.Entre otros estudios analizados, los autores relevaron los del Centro Interamericano de Administración Tributaria (CIAT) que estimó la brecha recaudatoria existente en el IVA para 18 países de América Latina desde 1990 hasta 2018.

De acuerdo a estos datos, para el año 2018 Argentina, con 50% de eficiencia, se ubicaba entre los 6 países con peor eficiencia del IVA de Latinoamérica (es decir, con mayor evasión de este tributo), solo superado por Colombia, Costa Rica, México, Nicaragua y República Dominicana. Asimismo, en la región no existían países con evasión menor al 20%.

Para contrastar la información, la compararon con la aportada por la Comisión Europea, que publica anualmente el “VAT gap report”, un informe donde cuantifica para cada uno de los países que la integran la brecha entre el impuesto al valor agregado potencial y el efectivamente recaudado. De los 28 países reportados por la Comisión Europea, desde el año 2000 hasta el 2020, solo 3 tenían una brecha de incumplimiento mayor al 20% para el 2020: Italia, Rumania y Malta. “Esto contrasta fuertemente con lo observado anteriormente para Latinoamérica, que presenta niveles de evasión mucho más elevados”, indicaron los investigadores del CET.

La evasión en Argentina
El informe señala que, durante el período 2004-2020, la evasión de IVA en Argentina se ha mantenido en torno al 60%, con un leve descenso en el último año estimado, que es el 2020, donde se ubicó en el 54%.“La elevada presión tributaria que enfrenta el sector formal de la economía, con niveles de presión tributaria en torno al 30% (similar a los países de la OCDE, pero con una informalidad mucho más alta que aquellos) no colabora a reducir la informalidad”, sostienen los autores y agregan: “Tampoco lo hace la complejidad de nuestro sistema tributario, ya que las elevadas cargas administrativas que se imponen a quienes se introducen en la economía formal resultan un costo muy elevado difícil de soportar en muchos casos.

Evasión de IVA y empleo no registrado
Los resultados obtenidos de evasión del IVA permitieron a los investigadores aproximar la informalidad de la economía y vincularlo con el empleo asalariado no registrado. “A priori esperamos encontrar cierta relación entre ambas variables, toda vez que la actividad no registrada, en general, trae aparejado empleo no registrado, y viceversa.

En este sentido, observamos la incidencia de los asalariados no registrados sobre los asalariados totales por sector de actividad y en el total de la economía, a partir de la cuenta de generación del ingreso del INDEC, que presenta información a partir de 2016. Excluimos del análisis a los servicios, por tratarse mayormente de cuentapropistas”, explicaron.

En el año 2020, se observó que aquellos sectores que presentaban mayor evasión de IVA fueron, justamente, los mismos que tienen mayor incidencia de asalariados no registrados (construcción y agro), mientras que la industria y el comercio -con menores niveles de evasión- también presentan menor incidencia de asalariados no registrados. La minería, con baja incidencia de asalariados no registrados, se trata de un sector que no presenta un patrón claro en cuanto a evasión de IVA.

“Lejos de ser incriminatorios, los resultados de este trabajo buscan alertar sobre la necesidad de acompañar a determinados sectores en una transición beneficiosa hacia la formalidad. La situación actual que combina alta presión tributaria con elevada informalidad, da cuenta de un agotamiento de la política tributaria que adiciona cargas a los sectores formales de la economía y que, lejos de lograr sus objetivos, solo trae como consecuencia mayores incentivos a la informalidad”, concluyen los investigadores del CET.