Dos de los operativos fueron realizados en la 1-11-14, y contaron con la intervención de la División Investigaciones Especiales y la División Pacificación Barrial de la Policía de la Ciudad, junto a personal del Ministerio de Salud de la Nación, la Dirección General de Protección del Trabajo (DGPT) y la Dirección General de Fiscalización y Control (DGFyC).Allí se identificó a dos hombres de nacionalidad boliviana, de 59 y 46 años, uno de ellos sin matrícula habilitante, y se detectaron graves irregularidades, como falta de habilitación y condiciones sanitarias deficientes.

Durante las inspecciones se secuestraron 50 cajas de medicamentos vencidos, ampollas, anestesia, instrumental odontológico, recetarios, guantes, barbijos, un sillón de odontología completo, esterilizador y compresor, entre otros elementos. Por tal motivo, el Ministerio de Salud y la DGFyC dispusieron la clausura de ambos inmuebles, mientras que la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas N°35, a cargo de la Dra. Celsa Ramírez, notificó a los implicados por ejercicio ilegal de la medicina.

En simultáneo, la División Delitos Ambientales inspeccionó otros nueve consultorios en Bajo Flores y Parque Chacabuco, con intervención de la UFEMA, a cargo del Dr. Michienzi, de los cuales cuatro de ellos presentaban irregularidades. Fue en inmuebles ubicados en Castañares al 2100 y en Torres y Tenorio al 2000 y 2100 donde se hallaron faltas como coexistencia de covivienda, ausencia de habilitación, falta de certificado de aptitud ambiental, de matafuegos, y de contrato de recolección de residuos patogénicos, entre otras falencias.

También se constató la existencia de aparatos de rayos X en condiciones no reglamentarias, ausencia de depósito para residuos peligrosos y falta de medidas básicas de higiene, lo que motivó la clausura administrativa de los mismos. Pasaron 31 años del atentado, la memoria se mantiene viva. No sólo en los discursos y en los actos oficiales, sino en el reclamo persistente de una sociedad que se niega a aceptar la impunidad como destino. El crimen de la AMIA no fue sólo contra una comunidad; fue contra un país entero. Y la justicia, cuando llegue, no será sólo para los 85 muertos de 1994, sino también para toda la Argentina.