Silencio, hay hombres trabajando. Mientras las páginas, las pantallas y los micrófonos se colman de conjeturas acerca de una hipotética final de Champions League entre Real Madrid y Barcelona, un grupito de alemanes se frota las manos sin hacer ruido, pensando en arruinar el banquete que el viejo continente desea paladear. La mitad de la tarea está cumplida para Bayern Munich, que venció 2 a 1 a los Merengues en el encuentro de ida de las semis del principal torneo continental y trasladó la presión a su adversario, de cara a la revancha que se jugará el miércoles en el Bernabéu.Un tanto en el último minuto de Mario Gómez, que llegó a 12 en la competencia y ya se hubiese asegurado el Botín de Oro de no existir un muchacho llamado Lionel Messi, desequilibró la balanza para los teutones en un encuentro cerrado y que parecía encaminado a la parda, tras los goles de Franck Ribéry y Mesut Özil. Así, el Madrid perdió su invicto en el torneo e inició mal una semana que, como si fuera poco, incluye el sábado el derby con el Barcelona por la Liga.