Ambos tienen diferentes conflictos con la Casa Rosada y ayer se mostraron juntos para firmar acuerdos de cooperación turística y cultural. El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y el Gobernador cordobés, José Manuel De la Sota, se saludaron, se fotografiaron y dejaron en claro que dicho encuentro tenían numerosas implicancias políticas por el contexto en que ocurrió.
De la Sota, enfrentado con Cristina Kirchner por su reclamo de duda de los fondos jubilatorios, recibió ayer por la tarde en su despacho a Macri y durante el encuentro destacaron la necesidad del diálogo y la convivencia entre los diferentes actores políticos del país. Este tema fue eje de la reunión, ya que el cordobés enunció un concepto poco apreciado en el oficialismo: la idea de que los dirigentes no son enemigos y que se puede ser adversario sin ser enemigo.
Las repercusiones fueron instantáneas. Desde el lado del kirchnerismo, el jefe de Gabinete, Jun Manuel Abal Medina, hizo referencia a la represión policial que hubo ayer por la tarde en Córdoba y que convulsionó a la provincia y lanzó: “Espero que De la Sota no le pida consejos a Macri sobre cómo se debe administrar”.Sin embargo, De la Sota se anticipó a las s críticas del sector oficialista y aseguró a la salida de su encuentro con el líder del PRO que “los que piensen que esto es una foto de conspiración entre los políticos que se equivocan mucho. Es una foto del respeto a la pluralidad y la convivencia”. A esta postura también se sumó Macri, quien denunció que “el que disiente con el Gobierno es castigado. Le pasa a De la Sota y también a mí”.