El 13 de octubre de 1933, el poeta español Federico García Lorca (1898-1936) pisó el Hotel Castelar horas antes de ir al Teatro Avenida. Su amiga Lola Membrives lo había invitado a ver “Bodas de sangre”, escrita por el poeta ese mismo año y ahora una de las obras teatrales más famosas de su producción. El plan original del viaje era quedarse en el país unos quince días. Pero se quedó cinco meses: “Buenos Aires tiene algo vivo y personal, algo lleno de dramático latido, algo inconfundible y original en medio de sus mil razas que atrae al viajero y lo fascina”, lo inspiraron estas tierras. A 79 años de su visita, el Hotel Castelar recreó la habitación 704 donde durmió el andaluz para abrirla al público.
Ubicada en el séptimo piso del hotel, la habitación fue utilizada por pasajeros hasta 2003: “Incluso la hermana de García Lorca la ocupó especialmente cada vez que vino al país”, cuenta María Cáfora, del área de Cultura del Castelar. Desde entonces, se la conserva como un espacio de homenaje al español, ahora ambientado como en los 30. Los personajes de “La casa de Bernarda Alba” y de “La zapatera prodigiosa” reciben pintados en la pared del hall que antecede el cuarto. Un original del “Romancero Gitano” traído de España decora este ambiente y un reloj está parado a las 17, hora en la que comenzó la Guerra Civil española, que lo fusiló en 1936 por su orientación sexual y política.Láminas explicativas, fotos y copias de la partida de nacimiento y del bautismo de Lorca completan el homenaje. De su paso por Buenos Aires, se recuerdan cuatro conferencias por Radio Stentor, que emitía desde el subsuelo del Castelar, donde también se hacía la peña “Signo”. Allí conoció a Pablo Neruda y a Alfonsina Storni, entre otros.