Si hasta la semana pasada desde el Gobierno parecían mirar con alguna indiferencia los movimientos hacia arriba del dólar paralelo (“blue”), lo ocurrido en los últimos días provocó una gran preocupación. En especial este miércoles, cuando la divisa “extraoficial”, en medio de pocos movimientos, se disparó hasta los $ 8,75, en una brecha del 71% con el dólar oficial. La Presidenta convocó a una reunión de urgencia en Olivos con parte de su equipo económico. Y aunque hasta ahora no se anunciaron medidas (había rumores de desdoblamiento cambiario o de renuncia de Mercedes Marcó del Pont, titular del Banco Central), lo cierto es que ayer se vio alguna intervención.
El que la tuvo fue el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, quien habría llamado a Alfredo Piano, dueño del banco que lleva su apellido, para que le transmita un mensaje a los operadores de la city porteña: “No quiero un dólar por encima de los $ 8,50”. Y también en una jornada prácticamente sin operaciones, la divisa extraoficial bajó hasta $ 8,45. Moreno también les habría avisado a aquellos operadores que el Gobierno iba a frenar cualquier movimiento en el mercado ilegal en los próximos días. No obstante, con la inactividad, la baja en la cotización observada ayer no parece real. Se recordó que Moreno también había intervenido en la plaza local en junio del 2012.
La disparada de los últimos días se atribuyó al endurecimiento del cepo para el turismo, que el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, anunció recientemente, con un encarecimiento del 20% sobre la compra de paquetes, cualquiera sea la moneda en que se pague. Distintos economistas salieron a cuestionar ayer la política que está desarrollando el Gobierno con respecto al dólar. El ex ministro Roberto Lavagna habló de un “Rodrigazo en cuotas”. Y la mayoría culpó de esta situación a la inflación -que ya lleva seis años- y a la emisión monetaria. “Esta emisión hace que la gente compre dólares”, explicó otro ex ministro, Jorge Remes Lesnicov, al igual que Ricardo Delgado y Juan José Llach.