Por el momento, el convento Santa Catalina de Siena está a salvo. La Justicia hizo lugar a una medida cautelar y ordenó que no se inicien las obras en tierras linderas al conjunto colonial más antiguo de la Ciudad (data de 1745), ubicado en San Martín, entre Córdoba y Viamonte. Todas las denuncias de organizaciones y vecinos iban en un mismo sentido: la construcción de una torre al lado del monasterio pondría en riesgo de derrumbe a la histórica edificación.
La cautelar fue presentada por Basta de Demoler, una asociación que lucha por la conservación del patrimonio arquitectónico de la Ciudad. En su momento, sus integrantes también denunciaron que el proyecto para la construcción de una torre de 60 metros fue aprobado en marzo de 2011, meses antes de que la Legislatura porteña sancionara la ampliación del área de Protección Histórica de la Ciudad, dentro de la que quedó incluida la manzana de Santa Catalina. Así, denunciaron “irregularidades” y pusieron en duda el mecanismo de aprobación. El juez en lo Contencioso Administrativo Aurelio Ammirato frenó el proyecto edilicio hasta tanto no se presenten los informes y estudios correspondientes de construcción.