Los constantes problemas entre los vecinos por la ubicación de los contenedores de basura hicieron que el Gobierno porteño tomara la decisión de armar pequeñas dársenas para que no se puedan mover. Se trata de un plan de ordenamiento que ya comenzó con una experiencia piloto. “El objetivo es que tengan un lugar fijo en cada cuadra”, explicaron desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público. Las primeras dársenas ya están siendo construidas en Arenales del 1200 al 1500 y Juncal del 1600 al 2100.
¿Por qué se tomó la decisión? La extensión de los contenedores por distintos barrios (el Gobierno quiere un receptáculo por cuadra) trajo algunos conflictos vecinales. Si bien cada contenedor tiene marcada una dirección, muchos vecinos que deben tenerlo en la puerta de su casa lo corren, provocando discusiones con otra gente de la cuadra. Nadie lo quiere tener a metros de la entrada de su vivienda por el mal olor y la suciedad. “Como son nuevos, todavía hay mucha gente que no se acostumbra a ellos y los mueve o por distintas circunstancias aparecen fuera de lugar. La idea de estas dársenas es ordenarlos y que todos sepan dónde tienen que ir”, apuntó el ministro Diego Santilli. Los recipientes están siendo ubicados en lugares establecidos a partir de un análisis “técnico” que incluye aspectos normativos (no pueden obstaculizar la entrada y salida de vehículos), viales (no pueden estar frente a paradas de colectivo) y de infraestructura, ya que no pueden interferir instalaciones de servicios como bocas de tormentas, sumideros o cámaras de luz o gas.