Forman parte del paisaje urbano de la Ciudad desde hace más de 30 años y, durante mucho tiempo, estuvieron descuidados y olvidados. Algunos vecinos, de hecho, ya se habían resignado a que sólo formaran parte de la estética porteña, a pesar de que no funcionaran. Los famosos relojes solares ubicados en distintas esquinas emblemáticas de Buenos Aires (9 de Julio y Corrientes, San Juan y Boedo, Rivadavia y Reconquista, entre otros sectores), de a poco, comenzaron a recibir trabajos de puesta en valor y ya se exhiben casi todos renovados.
En total son 55 los aparatos que fueron restaurados por la Dirección General de Mantenimiento y Talleres, del Ministerio de Ambiente y Espacio Público. Entre los arreglos, se destacan el mejoramiento de columnas y vidrios, un controlador inteligente que evita que falle el colector de energía solar antiguo y la incorporación de un segundo circuito de batería solar para que, además de dar la hora, puedan estar iluminados de noche. Los relojes marca Seiko, que no consumen energía eléctrica, fueron donados a fines de los 70 por el gobierno de Japón. Sin embargo, con el paso de los años, la falta de mantenimiento y el vandalismo provocaron que perdieran el brillo que supieron tener. Recién ahora lo están recuperando.