Woody Allen, el comediante, escritor y director estadounidense autor de una treintena de films memorables es, él mismo, figura central de “Woody Allen, el documental”, de Robert B. Weide, que hoy llega a los cines locales. El resultado es el más profundo, sentido y completo análisis que jamás se haya visto sobre el autor de varias de las películas más relevantes de la historia del cine estadounidense -y mundial- de las últimas cuatro décadas. Casi nunca taquilleras como para considerarlas tanques, con excepción de “Medianoche en París”.
Weide no deja nada en el tintero, incluso a la hora de elegir sus muchos interlocutores, en particular las mujeres que marcaron a fuego su vida, y los personajes femeninos que asegura se convirtieron en obsesión, desde que conoció a Diane Keaton, y a críticos de cine como Leonard Maltin y Richard Schikel. Los testimonios son numerosos, algunos muy emotivos como los de Diane Keaton, John Cusack, Penélope Cruz, Mariel Hemingway, Scarlett Johansson y Sean Penn, entre otros. Nunca Woody Allen quiso ser el protagonista de un documental. Cada vez que recibió una propuesta, la rechazó. “Tiene tendencia a la baja autoestima: es la verdad”, dice Weide, que agregó: “Cuando Woody lo vio, lo aceptó pero lo primero que me dijo fue: ‘Perdiste tu tiempo, no le interesará a nadie”.