Cuando todo hacía presuponer que el conflicto entre los delegados de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP) y la Ciudad llegaría a buen puerto, en la reunión de anoche -la séptima- las diferencias no se pudieron subsanar. Y ni siquiera pautaron un nuevo encuentro. Con este escenario, la línea B del subte, que debería llegar a las flamantes estaciones Echeverría y Rosas, seguirá limitada entre Alem y Los Incas.
Ayer, según fuentes de la negociación, los metrodelegados endurecieron su posición, sobre todo después de la entrada en escena del gremio de la UTA, con el que lo de la AGTSyP tienen un histórico enfrentamiento. Las estaciones Echeverría y Rosas fueron inauguradas el 26 de julio, pero sólo pudieron ser usadas tres días. El conflicto se había desatado, en principio, por cuestiones de seguridad. Con el correr de las reuniones, el Gobierno porteño reveló que la negativa a manejar los trenes por el nuevo trayecto de 1,6 km tenía que ver con el cronograma laboral que debían empezar a cumplir los maquinistas.