Encerados, pulidos y sobre todo limpios. De a poco, las viejas formaciones de los subtes B, C, D y E comenzaron a recobrar su color amarillo original, tras el plan de limpieza que lleva adelante la Ciudad para borrar los grafitis e inscripciones que tienen. Según cifras de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), la empresa estatal que maneja la red, el 85 por ciento de la flota estaba sucia o en mal estado de conservación, debido a la falta de inversión de los últimos años. En el caso de las líneas B y D, que transportan el mayor número de pasajeros por día, el 90% de las formaciones presentaban dibujos o letreros. Sólo se salva la línea A, que en marzo incorporó los nuevos trenes chinos con aire acondicionado.
“Recibimos el subte muy deteriorado y en mal estado luego de años de abandono y desinversión. Estamos trabajando día y noche para devolverles a los usuarios el subte que se merecen”, afirmó el presidente de SBASE, Juan Pablo Piccardo. La suciedad de los coches, en especial en las ventanillas, es uno de los mayores reclamos que realizan los usuarios, ya que estas inscripciones no les permiten orientarse y saber en qué estación se encuentran. Los trabajos se realizan por la noche en los talleres para no afectar el servicio. Se estima que la puesta en valor de cada tren demanda diez días, por lo que para fin de año todas las formaciones lucirán en perfectas condiciones. Además, los operarios están utilizando un producto especial antigrafitis para preservar los coches y evitar futuros actos de vandalismo.