Dicen que lo que cuesta, vale… Y vaya si vale el triunfo que logró ayer Independiente en el Libertadores de América. No sólo porque significó la primera victoria del Rojo como local en la B Nacional. También porque el 2-1 ante Sarmiento mostró que Omar De Felippe, además de fortalecer los cimientos del Rojo, cuenta con un grupo de jugadores con amor propio para remontar un escenario adverso y superar sin concesiones a un rival de peso -los de Junín juegan habitualmente bien y lindo-. Pero hay más. Independiente quedó a dos puntos de las puestos de ascenso -llegó a las 13 unidades, dos menos que los terceros, Crucero del Norte y Atlético Tucumán-, algo impensado unas semanas atrás. Y, sobre todo, porque la primera alegría en casa llegó de la mano de un doblete de Facundo Parra, el mesías ofensivo que había traído el club para apaciguar la falta de poder de fuego del equipo. ¡Parra qué te traje! Y eso que la tardecita había arrancado torcida en Avellaneda. Sarmiento mostraba con argumentos firmes por qué es un adversario para respetar al asfixiar el juego de Independiente. Para colmo, el elenco de Junín se puso en ventaja a los 4 minutos con un cabezazo de Luis Garnier a la salida de una pelota parada. El 1-0 estaba más que justificado y la ventaja pudo haber sido mayor de no ser por los reflejos de Diego Rodríguez y la ayuda de los caños.
Sin embargo, cuando los ánimos comenzaban a caldearse, el Rojo encontró el alivio con la primera aparición de Parra, un conocedor de la categoría por su paso en Chacarita, que saltó más alto que todos y la mandó al fondo del arco de Lucas Ischuk con un lindo cabezazo, tras un preciso tiro libre de Matías Pisano. Faltaban seis minutos para el final del primer tiempo. Faltaba lo mejor. Es que el empate le hizo cambiar el aire al dueño de casa, que salió con las luces encendidas en el segundo tiempo. A los 8 minutos volvió a aparecer Parra, esta vez para empujar la pelota luego de un remate quirúrgico de Federico Mancuello que Ischuk alcanzó a manotear, aunque con poca fortuna en el rebote. Ya arriba en el marcador, el equipo de De Felippe siguió buscando y pudo aumentar la diferencia. Así redondeó su mejor actuación en la temporada. Y, poco a poco, ahuyenta a los malditos fantasmas.