El jefe del SAME, Alberto Crescenti, declaró hoy como testigo por la tragedia de Once y aseguró que al llegar a la estación para asistir a las víctimas del accidente ferroviario del 22 de febrero de 2012 se encontró con una escena que fue «muy dura».

«Yo lamento por los familiares, pero tengo que ser muy claro. Había muertos, había mucha sangre debajo de los zapatos, gente fallecida, fue una escena muy dura para nosotros», relató Crescenti en una dura presentación ante el Tribunal Oral Federal 2.

El médico describió lo ocurrido dentro de la formación como un «scrum de rugby» por el amontonamiento de los pasajeros y estimó que «había unas 150 víctimas en pocos metros cuadrados». Recordó que «los bomberos me pidieron vaselina para desenganchar a las víctimas» de entre los hierros apretujados. Y detalló que en dos horas de operativo atendieron a unas 900 personas. Tras el testimonio de Crescenti declararon una médica legista y dos agentes de la Federal que se ocuparon de la primera revisión de los cuerpos sin vida.