Si bien aún falta el anuncio oficial, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) decidió no sumarse al paro del sindicalismo opositor convocado para el próximo jueves. Antes de trascender la noticia, el líder de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, alertó de presiones del Gobierno nacional al sindicato.“(El gremio) está muy presionado, muy amenazado. No sé si va a tener el coraje de adherir», analizó el dirigente sindical, tras advertir que «aparentemente, el Gobierno le ha prometido una cantidad de subsidios, o algo parecido».

Según publica el diario Clarín, la UTA desistió se adherirse a la huelga luego de un encuentro entre el líder del gremio de los colectiveros, Roberto Fernández, y el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en Casa Rosada.No trascendió de qué forma el Gobierno los convenció de no acompañar la huelga del sindicalismo opositor (su apoyo había resultado clave para el éxito del paro del 10 de abril), pero se habla con insistencia de subsidios al transporte automotor para garantizar el pago del aumento salarial a los choferes de larga distancia y la cesión por parte del Estado de un predio en el barrio de Once para una escuela de capacitación sindical, una vieja aspiración de la UTA.

La resolución contraria a la huelga se formalizará mañana, martes, a las 15, en una reunión del consejo directivo que preside Fernández y los secretarios generales de todo el país. Para garantizar la paralización de los colectivos, el moyanismo explora en estas horas el apoyo de delegados combativos de varias líneas de ómnibus, opositores del jefe de la UTA, y confía en que ayudarán a ese objetivo los piquetes que dispondrá la izquierda en los principales accesos a la Capital.