Esperar durante un largo rato el colectivo, no llegar a tomarlo o ver cómo sigue de largo sin frenar en la parada puede ocurrir de vez en cuando y son algunos de los casos que enfurecen a los vecinos. Pero si de las quejas más frecuentes se trata, los bocinazos y el humo que emiten lideran la lista. Así lo advirtieron desde la Agencia de Protección Ambiental (APrA), que encabezó en el Centro de Transbordo de Barrancas de Belgrano una serie de controles para que los buses y otros transportes de pasajeros y carga no excedan el nivel de ruido máximo establecido por normativa ni superen la vara en relación a la emisión de gases tolerables.
Durante los operativos fueron relevados 126 coches pertenecientes a las líneas 55, 64, 118, 80, 63, 113 y 114, pudiéndose comprobar que la mayoría cumplía con la reglamentación. Sin embargo, se detectaron faltas puntuales que se labraron en las correspondientes actas de infracción.El nivel de ruido no debe superar los 97 decibeles (dBA). Durante este control, se verificó una disminución promedio de 89 dBA. En 2014, el resultado fue de 90,1 dBA. La elevación de los gases se determina a través de un papel de filtro colocado en el motor del vehículo, mediante el sistema de escape, y la mancha se evalúa en una tabla de muestra.
“Estamos trabajando muy fuerte para que el parque automotor que transita por la Ciudad lo haga bajo norma”, aseguró el presidente de APrA, Juan Carlos Villalonga.Para cumplir esa misión, se puso el foco en un Plan Anual de Inspección, que prevé elevar el control a 30 mil unidades del parque móvil en el transcurso de este año.Además, para contribuir con la optimización de los controles al transporte público, se creó el Registro de Fuentes Móviles Contaminantes. El mismo exige a todos los titulares de vehículos y unidades móviles la presentación de una Declaración Jurada que facilitará los operativos.