“Políticas de género, cultura y tango” fue la consigna de una charla debate en la que se analizó el género musical porteño, las letras, danza, historia y presente del tango, teniendo en cuenta el protagonismo o discriminación que tuvieron las mujeres en los distintos aspectos. El panel de especialistas fue moderado por la directora de Cultura de la Legislatura, Patricia Malanca.
La directora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas -CONICET-, Dora Barrancos, fue la primera en hablar e introducir la cuestión: “El tango tiene una mala prensa machista, que hay que remontarlo a sus orígenes donde había una sociedad patriarcal y nace como un género urbano portuario. La primera articulación del baile es entre hombres. Sin embargo había mucho macho, pero también había mucho macho llorón. En sus orígenes, sin embargo, también había ciertas contradicciones, que hoy pueden pensarse en relaciones homo eróticas de baile y tenemos en la actualidad tango querer”
El letrista de tango contemporáneo Alejandro Szwarcman continuó explicando los orígenes y afirmó que “es verdad que hay una matriz misógina y machista del tango”. Esto lo remontó a la historia, ya que “no podemos separarlo del aluvión migratorio de la Argentina, donde solo en Buenos Aires hay 8 millones de inmigrantes, de los cuales las dos terceras partes son varones”. Sin embargo, resaltó que letristas como Pascual Contursi, “humanizan al hombre”, ya que con su tango Mi noche triste de 1916, “es el primero que llora por una mujer, antes no se lloraba, si se la perdía se buscaba otra mina”. Y finalizó advirtiendo que “luego el tango se vuelve más universal, reflejando los conflictos de pareja”.
El bailarín Marcelo Bottaro diferenció su exposición, ya que “hasta ahora hemos hablado de la poética o la relación entre la pareja; pero el baile en el tango es el lugar de encuentro desde 1940, donde era masivo y propiciaba el encuentro entre hombres y mujeres; donde todos se mueven de a dos”. Reflexionó sobre los intérpretes que se escuchaban en la milonga, eran de hombres, cuestión que se mantiene. Sin embargo, hoy ya “empiezan a ocupar otros lugares, aunque las mujeres deberían tener una mayor participación”.
Victoria Montenegro, subsecretaria de la Unidad de Coordinación Nacional para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres remarcó que “estamos dando otro tipo de discusiones que ponen a la mujer en otro lugar. Y el tango no solo reflejaba esa violencia, existía en la sociedad”. Por su parte el director del Instituto Nacional de Música, Diego Boris, destacó que “el machismo no solo estuvo presente en el tango, sino que también el rock empezó siendo machista. Sus letras e intérpretes estaban dominadas por hombres. Pero hoy hay un gran avance de la mujer en la música”
En representación del Plan Nacional de Promoción del Tango, Natalia Fosatti, hizo un análisis sobre cómo se armó la historia del tango: “se hizo una historia oficial, donde se narró priorizando el prostíbulo e ignorando el conventillo, que también era un lugar de producción y encuentro” y sostuvo que “el tango nace como una danza de libertad e improvisación”. Para finalizar, el docente Ignacio Varchausky destacó las labores que hace desde la Asociación TangoVía sobre la preservación de los archivos tangueros. Y la directora de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual -AFSCA, Alicia Ramos, se refirió a la discriminación y estigmatización sobre la mujer presente, no solo en la historia del tango, sino también en los medios de comunicación.