El pan dulce peronista, un producto con el sello de la economía autogestiva y un packaging con las caras de Eva y Juan Domingo Perón más Néstor y Cristina, se convirtió el producto más celebrado de la mesa de este fin de año. Fue una idea de Eduardo Montes, presidente de la Federación de Trabajadores de la Economía Social (FETRAES). En su elaboración participaron una empresa recuperada y dos panificadoras cooperativas, a las que sobre la marcha, por la enorme demanda que recibieron, se fueron sumando emprendimientos productivos del territorio.

Entre el día de la asunción de Alberto y Cristina, cuando lanzaron el pan dulce peronista en la plaza del Congreso, y el 31 de diciembre, vendieron más de 25 mil unidades, todo un número para una iniciativa que empezó con un reducido grupo de 20 trabajadores. “Fue algo muy fuerte… vimos que en estas fiestas, luego de haberla pasado muy mal en los últimos cuatro años de políticas neoliberales, con la alegría de volver a tener políticas públicas que impulsen a los más desposeídos, muchos quisieron este pan dulce para festejar, para hacer el cierre de una etapa. Creemos que esa fue la razón de que haya tenido tanta demanda. Para nosotros fue un volver a respirar: somos trabajadores y queremos vivir de nuestro trabajo”, dice Montes a Página12.