El Coronavirus nos tiene que unir para terminar de una vez por todas con este sistema político-económico injusto y salvaje. En este momento podemos dar el salto civilizatorio con un Ingreso Ciudadano Universal (o Renta Básica Universal como se conoce en otros países). Es una de las soluciones imprescindibles que debemos adoptar. Estamos atravesando un momento muy difícil por la crisis sanitaria del Coronavirus Covid-19, que profundizará la crisis económica que ya vivía nuestro país.

En algunos países están muriendo miles de personas, hay mucha incertidumbre y no se conocen aún los alcances que puede llegar a tener. En China a pesar de haber frenado al virus, existe el miedo a un rebrote. Por esto, incluso hay quienes comparan esta situación con la que se vive durante una guerra, porque va a traer consecuencias de todo tipo, una crisis económica sin precedentes, política y social.

Por ahora, la cuarentena y el testeo masivo son las únicas herramientas de contención con las que contamos para salvar vidas. Afortunadamente, el gobierno argentino respondió temprano, pero esto no impide que la cuarentena perjudique seriamente a aquellos trabajadores que no están en relación de dependencia o que garantice la subsistencia diaria de autónomos, pequeñas empresas y comercios que tienen que mantener estructuras – y personal – sin ingresos de ningún tipo. Afecta principalmente a los que menos tienen, los que viven de la changa del día a día, trayendo como consecuencia más pobreza. Toda esta situación puede también llegar afectar a nuestra democracia.

En consecuencia, surge la pregunta: ¿Cómo afrontar y superar este monumental desafío? Creemos que podremos con mucha inteligencia, unión, solidaridad, y más justicia social, de género y ecológica. Lo que tenemos muy en claro es que, con este modelo capitalista salvaje, que entroniza el dinero por sobre la salud y la vida, no vamos a obtener ninguna solución a esta crisis. Por lo tanto, a problemas nuevos, soluciones nuevas. Especialistas y gobiernos del mundo vienen discutiendo y preparando, entre otras, una solución a este problema: el «Ingreso Ciudadano Universal e Incondicional», también conocido como «Renta Básica Universal Incondicional».

Este nuevo modelo propuesto es el camino a un cambio social hacia un sistema más solidario, igualitario, justo y libre, permitiendo que todos los habitantes puedan vivir dignamente. ¿Qué es el Ingreso Ciudadano Universal? Consiste en una transferencia económica (ingreso básico) por parte del Estado a todos los habitantes del país (universal), sin condicionalidades de ningún tipo, a fin de otorgar un piso económico mínimo para garantizar el ejercicio de los Derechos Humanos reconocidos en nuestra Constitución Nacional y en los Tratados Internacionales de DD.HH. El ingreso que reciban las personas con capacidad económica será recuperado a través de lo que paguen en impuestos.

Esta política implica una necesaria reestructuración del sistema impositivo. De esta forma el Estado no gastará ingentes recursos en identificar a los sectores que necesitan el dinero, eliminará la burocracia y el clientelismo, y por, sobre todo, es el mecanismo para asegurar que nadie quede excluido sin ingresos para vivir dignamente. En algunos países los políticos plantean salarios básicos de distintos montos. Lo importante es empezar con un monto que por lo menos saque a las familias de la indigencia y de la pobreza, para luego seguir aumentándolo gradualmente.

Ya hay decenas de experiencias en el mundo (en algunos casos se piden a cambio capacitaciones). Algunos de los países que lo han implementado son Kenia, Canadá, India, España, Finlandia, Países Bajos. Destacadas figuras como Pepe Mujica, Bernie Sanders, Pablo Iglesias, el secretario de las Naciones Unidas, el Parlamento Europeo, como también por empresarios e intelectuales promueven el ingreso ciudadano universal. Pedimos con urgencia al Gobierno Nacional impulsar una política de Ingreso Ciudadano Universal e Incondicional para todos los habitantes.

¿De dónde saldrán los recursos? La Argentina es un país rico con un pueblo pobre: exporta para alimentar a 400 millones de personas, pero está habitado por personas con hambre y más de la mitad de la niñez es pobre. Un país donde en los últimos años, se “esfumó” un préstamo del FMI de 50 mil millones de dólares y donde los más ricos fugaron 89 mil millones de dólares.  Queda demostrado que sobra de dónde sacar los recursos y que el problema es la mala redistribución de la riqueza.

Sólo se tendrían que aplicar algunos instrumentos económicos como: aumentar los impuestos a los sectores de mayor poder económico; reestructurar el sistema impositivo para disponer una estructura tributaria progresiva; instaurar mecanismos para evitar la evasión de impuestos; establecer restricciones a la fuga de capitales; sustraer al mercado la alimentación, la vivienda, la movilidad, la salud y la educación; crear un sistema de servicios públicos con fuerte regulación estatal nacional; suspender el pago de la deuda externa fraudulenta y lograr su parcial condonación; controlar a los formadores de precios; fomentar la inversión productiva; la desconcentración de la producción; aplicar herramientas de economía mixta, cooperativismo y economía social. Y dentro de los nuevos instrumentos políticos, hay que construir con urgencia una democracia participativa.

El gobierno al implementar inmediatamente un Ingreso Ciudadano Universal generaría un shock económico capaz de frenar la crisis, terminar con la pobreza y enfrentar el desempleo tecnológico y la informalidad. El presidente Alberto Fernández implementó muy oportunamente una batería de medidas en esta línea, como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), entre otras, que se sumaron a políticas ya existentes como la Asignación Universal por Hijo/a y la política del Salario Social Complementario. Estas medidas no van ser suficientes para la desesperante situación que se avecina.

Además, hay que tener en cuenta que el Ingreso Ciudadano Universal traería varias ventajas: es simple, inmediato, llega a todos y podría reemplazar todas las prestaciones sociales simplificando y ahorrando muchos gastos administrativos al Estado, y evitando el clientelismo y asistencialismo. Por la pandemia varios países están avanzando en su desarrollo para la cuarentena, ahora apoyado hasta por políticos de derecha, lo decimos sin rodeos, nos guste o no, un Ingreso Ciudadano Universal es la única manera de evitar un muy probable estallido social. El gobernador de Cantabria, España dijo: «sin una Renta Básica a la crisis sanitaria se unirá un estallido social», o sea provocará más pobreza, desempleo, violencia, desigualdad y sufrimiento para todos.

Con un Ingreso Ciudadano se beneficiarían todos los sectores sociales: los empresarios (porque no tendrían que despedir a sus empleados y tendrían más consumidores), los asalariados, los ricos, y los pobres. Ahora se puede lograr por la alta productividad que permite la automatización, la inteligencia artificial, y las nuevas y avanzadas tecnologías. Todos unidos, con solidaridad y colectivamente vamos a superar al Coronavirus Covid-19. Tenemos una buena oportunidad para devolverle a la Argentina lo que tanto te dio. Sumate a la campaña. Es una oportunidad histórica, como dicen en oriente, “toda crisis trae una oportunidad”.

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