El Presidente se puso al frente de un operativo cargado de descalificaciones y agravios a los diputados y diputadas que no acompañaron algunos artículos de la votación en particular en el tratamiento de la ley ómnibus. Luego, en una conferencia de prensa en el exterior, los calificó como un “conjunto de delincuentes”. Hay una incitación generalizada a la violencia contra el que piensa distinto que debe terminar.
Tener coraje para emprender reformas no implica insultar, gritar y pensar que sólo uno tiene razón. Tampoco es ensañarse con insultos contra los que expresan opiniones diferentes. Nada de esto es lo que nos enseñó Raúl Alfonsín cuando refundó la democracia. Argentina necesita templanza y equilibrio para lograr consensos que sobrevivan en el tiempo y resuelvan de manera definitiva los problemas que arrastramos. Ese es el camino para salir de la crisis.