“Cuatro años más”. Esas fueron las primeras palabras de Barack Obama, que en la madrugada de nuestro país se impuso en las elecciones presidenciales y, como dijo en su mensaje, seguirá al frente de la Casa Blanca por un nuevo período.Pasadas las 23.15 de Estados Unidos, las principales cadenas norteamericanas anunciaron el triunfo del candidato demócrata en la gran mayoría de los estados clave. Así, en un ajustado pero rápido escrutinio, logró alcanzar los 270 electores que necesitaba para superar a su rival, el republicano y ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney.
“Esto sucedió gracias a ustedes. Gracias», escribió rápidamente Obama en Twitter, donde también publicó una foto suya abrazado a su esposa, la primera dama Michelle Obama.La carrera empezó a definirse poco después del cierre de los estados en la costa este y el medio oeste, cuando las televisoras dieron a Obama como ganador en estados clave como Michigan, Pensilvania, Wisconsin, y finalmente el decisivo Ohio.Romney ganó en los bastiones republicanos, Texas, Wyoming, Kansas, Kentucky, Nebraska, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Tennessee, West Virginia, Alabama, Mississippi, Louisiana y Carolina del Norte. Igualmente se impuso en Indiana, estado muy republicano que en 2008 había sido conquistado por Obama.
El presidente ganó los tradicionalmente demócratas Nueva York, Maryland, Vermont, Connecticut, Delaware, Maine, Illinois y Nueva Jersey. Pero también se impuso en Massachusetts y Michigan, lo que supuso una amarga derrota a Romney ya que el primero es el estado del que fue gobernador entre 2003 y 2007, mientras el segundo es su estado natal.El voto hispano, el afroestadounidense, el voto de las mujeres y de los jóvenes volvió a ser decisivo en la contienda, como hace cuatro años, aunque curiosamente, cálculos provisionales indicaban que Romney, un exgobernador de 65 años, se alzó con una ajustada mayoría del voto popular.
Pese a haber sido derrotado, el millonario republicano conquistó más votos populares. Según un cálculo de la Cnn, Romney obtuvo el 51% del voto popular frente al 48%.La clave fue el peculiar sistema indirecto de elección, en el que los estados eligen delegados al Colegio Electoral, donde se requieren 270 votos de sus 538 integrantes para ser elegido presidente.Los republicanos conservaron en cambio su mayoría en la Cámara de Representantes, que renovaba sus 435 escaños.En el Senado, donde estaban en juego un tercio de los escaños, los demócratas también parecían bien encaminados para mantener su corta mayoría de 53 escaños, lo que auguraba más dificultades en Washington.