Las restricciones impuestas al tabaco, parecen estar dando resultado. En los últimos tres años, unos 700.000 argentinos ya dejaron el cigarrillo. El dato, que se conoce en vísperas del Día Internacional del Aire Puro, se suma a un importante descenso en el porcentaje de jóvenes que se inician en el vicio. Además, de acuerdo a la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Adultos, que abarcó consultas a 7.000 personas y fue realizada por el INDEC, siete de cada diez fumadores en el país está pensando en dejar de serlo. Entre los que ya decidieron decir adiós al “pucho”, las mujeres son mayoría.
Los resultados del relevamiento fueron comparados con los obtenidos en 2009 a través de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo. En aquella oportunidad, un 27,1% de los jóvenes mayores a 18 años admitía que fumaba. Con los nuevos datos, el porcentaje cayó a 22,8. Por otro lado, estudios oficiales conocidos recientemente, ya habían marcado una caída del 15% en el consumo de chicos de 13 a 25 años, en los últimos cinco años. En el país rige desde junio de 2011 la ley que prohíbe fumar en los espacios cerrados, pero en varias provincias y municipios, incluida la Capital Federal, las restricciones habían comenzado aún antes. En cuanto a la exposición al humo del tabaco ajeno, el mayor porcentaje de los consultados (33%) lo vive en sus propios hogares y en menor medida en sus trabajos (31,6%) y en restaurantes (23,2%).
La ley nacional 26.687, de Control de Tabaco, fija la existencia de ambientes de trabajo y de uso público, libres de humo y también prohíbe a las tabacaleras que publiciten sus productos o que utilicen leyendas como «suave» o «libre de nicotina» en los envases. La última de las disposiciones de la norma que entró en vigencia fue la inclusión de advertencias sanitarias con imágenes en los paquetes de cigarrillos. Según reflejó el diario Clarín, ya muchos consumidores les piden al kiosquero que les cambie el paquete para no llevarse los que tienen las imágenes más cruentas, como la de pulmones ennegrecidos, bebés conectados a un respirador, consecuencias del cáncer y hasta amputaciones.