La estación Constitución, uno de los principales centros de trasbordo de la Ciudad, comenzó a dejar atrás los años de abandono y desidia. Esta semana se reinauguraron las tres dársenas de la avenida Brasil, con mejoras en la iluminación, vigilancia las 24 horas y butacas para esperar el colectivo. De todos modos, están demorados los trabajos en la plaza, que continúa cercada. Las obras se habían iniciado a fines de 2012, cuando el Gobierno porteño desalojó a los puesteros ilegales y delimitó la zona para reemplazar las viejas luminarias por tecnología LED y renovar el mobiliario urbano y la parquización. En junio se reabrió la primera de las dársenas y el lunes se completaron los trabajos con la remoción de los últimos escombros.
Las flamantes paradas, que reciben a una veintena de colectivos, son similares a las del Metrobús. Cuentan con techos amarillos y tienen carteles con el detalle de cada uno de los recorridos. También hay oficiales de la Policía Metropolitana que custodian el lugar para impedir escenas de vandalismo y, al mismo tiempo, evitar el regreso de los vendedores callejeros. El cambio fue significativo, pues anteriormente había tinglados de chapa en mal estado y los vecinos se quejaban del olor nauseabundo y la inseguridad.
Sin embargo, no todo es color de rosas. Aunque la plaza grande ya fue reformada, los habitués de la zona todavía se preguntan cuándo reabrirá el espacio adyacente, delimitado por Brasil, Juan de Garay y Lima, que fue cerrado para su renovación en noviembre del año pasado. La Razón se comunicó con el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, pero no obtuvo respuesta. Incluso los operarios que trabajan en ese sector tampoco sabían cuándo concluirá la puesta en valor, que en un principio estaba prevista para el primer semestre. Según pudo averiguar este diario en una recorrida por el lugar, el plan original preveía una plaza seca que contará con los nuevos refugios para esperar el colectivo y canteros, entre otras obras. El Gobierno de la Ciudad informó que la zona de Constitución es transitada a diario por un millón de personas, que usan tanto el ferrocarril Roca como el subte C y unas 34 líneas de colectivo. Es uno de los centros de trasbordo más importantes junto con Retiro, que actualmente también está siendo restaurado de forma integral.