“El Dakar es así. Un día eres el héroe y el siguiente el villano”, admitió hace unos años el español Carlos Sainz, todo un experimentado en la materia (venció en la edición 2010). Y efectivamente la prueba más dura del planeta puede darte grandes alegrías y también muchas decepciones. En esta edición 2015 (Argentina-Chile-Bolivia), Alicia Reina vivió este último sentimiento. La rionegrina, representante de los pequeños y medianos empresarios argentinos, esta vez no pudo y debió decir adiós, ya que este miércoles los problemas en el motor de su Toyota le impidieron largar la Etapa 4 entre Chilecito y Copiapó.
“Es como que duró tan poco que no lo puedo creer. De repente, te quedás sin nada… Tenía las esperanzas de llegar al campamento de Chilecito y volver a salir, pero no se pudo. Trato de no darme manija; ya pasó, no hay vuelta atrás. Sabía que esto es parte del Dakar, pero en la previa es en lo que menos trataba de pensar, por eso estoy con mucha tristeza”, aseguró Reina, que cuenta desde la edición 2014 con el apoyo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Alicia y su navegante Dante Pelayo no pudieron repetir la hazaña de terminar el Dakar como sucedió en su debut, en la pasada edición, cuando finalizaron en la 60ª posición (la catrilense se convirtió en la primera y única mujer argentina en completar esta competencia dentro de la categoría Autos). “Sabíamos que si abandonábamos iba a ser por un problema en la camioneta, porque se rompiera algo, ya que con Dante no pensábamos entregarnos nunca. De hecho, pusimos todo para poder continuar e hicimos lo máximo posible para arreglar y seguir, pero no hubo caso”, contó.
La piloto del Pasión Rally hizo un análisis de su actuación en el arranque de la prueba: “En la primera especial la idea era adaptarnos, ver cómo se comportaba el vehículo y no cometer errores porque no tenía sentido arriesgar ahí. Y comprobamos que funcionaba muy bien y que iba mejor que el año pasado. El segundo día lo arrancamos muy bien, superando varios autos hasta que llegamos a la zona de fesh-fesh. Con el polvo no se veía nada, teníamos que ver bien por dónde pasar ya que había muchos autos parados, y se nos fue tapando el radiador. Y ahí comenzamos a tener problemas con la temperatura, así que no nos quedó otra que parar y seguir constantemente, hasta que finalmente salimos del tramo a las seis de la mañana. Mientras que en el tercer día arrancamos muy bien pero notamos una falla en el turbo, que finalmente se rompió y eso fue la consecuencia de la posterior rotura del impulsor. Fue durísima esa etapa por lo larga. En la previa dije que si la pasábamos, íbamos a ir para adelante. Conseguimos superarla, pero eso trajo consecuencias. En ese momento me di cuenta que ya no podíamos seguir”.
Pese al sinsabor vivido, Reina sabe que dejó todo e hizo el máximo esfuerzo posible para cumplir con el objetivo: “Lo que me deja tranquila es el trabajo de toda la gente que nos acompaña. Ése es tal vez el dolor más grande que siento, el no haber podido hacer que ellos disfrutasen mucho más de un Dakar ya que para la mayoría era la primera vez. Ahora hay que mirar para adelante. Hoy ya estoy viendo todo de otra manera, porque tenemos la tranquilidad de haber hecho todo en todo sentido: equipo, navegante, piloto, a la camioneta se le hizo todo lo que estaba a nuestro alcance… Me gustaría tener una revancha; ya se verá. Vivir un Dakar es apasionante”, sostuvo.Con su participación en las ediciones 2014 y 2015 del Dakar, Alicia Reina se terminó por convertir en una abanderada de la igualdad de género en este deporte, siendo una modelo a seguir para todas las mujeres emprendedoras de la Argentina. Al mismo tiempo se alzó como una referente de los pequeños y medianos empresarios argentinos,ingresando por la puerta grande a un millonario ambiente deportivo dominado por los hombres.