El presidente Mauricio Macri se pronunció a favor del ingreso de empresas en la administración de los clubes de fútbol para que convivan con las asociaciones civiles y pidió «que los socios de cada club elijan» si quieren dar ese paso.
«Debe ser optativo… En un mundo donde todos apuntamos a elegir en libertad, que los socios de cada club elijan», respondió el jefe de Estado sobre si las instituciones del fútbol local deben seguir como asociaciones civiles o convertirse en empresa.
En un reportaje concedido a la agencia Associated Press (AP), el ex presidente de Boca  aseguró que «si el club va a la quiebra y desaparece, uno no puede ser de otro equipo, se te muere algo dentro tuyo». Y analizó: «No puede ser que haya dirigentes irresponsables que desfalcan al club, se hacen ricos ellos o son incapaces y no tienen consecuencias».
El mandatario aludió con una figura poco feliz que «a los españoles en la cancha no se los ve torturados» y que «no se los ve obligados por la fuerza». Y agregó: «Hay que aceptar que los modelos evolucionan y habrá que convivir». El sistema tuvo un antecedente conocido en España, donde en 1990 se aprobó la Ley del Deporte que creó la figura de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) como variante a las asociaciones civiles tradicionales.
No es la primera vez que Macri tiene esta idea. Cuando presidió la institución Xeneize, entre 1995 y 2007, propuso una reforma para avalar el ingreso del capital privado a los clubes. Sin embargo, la iniciativa fue rechazada por el entonces mandamás del fútbol argentino, Julio Grondona.
Ahora, el debate se volvió a abrir en momentos en que la AFA atraviesa un período de transición y cuando el gobierno exige que los clubes cumplan con un plan de desendeudamiento con las partidas que le llegan desde el Estado por los derechos de televisación de los partidos.
Las declaraciones de Macri provocaron que rápidamente algunos dirigentes salgan al cruce. Nicolás Russo, de Lanús, rechazó la convivencia entre una asociación civil y una empresa al argumentar que se genera “una desigualdad». “Empiezan a venir capitales, ponen nombres fantasmas y terminan siendo dueños de cinco clubes, esto pasa en el mundo”, manifestó el directivo por radio Cooperativa. “No comparto la sociedad anónima ni el sistema mixto, pero no soy el dueño del fútbol”, lanzó.