Con el voto del kirchnerismo, el massismo y el bloque peronista, la Cámara de Diputados aprobó y convirtió en ley el proyecto que declara la Emergencia Ocupacional. Y ahora, como había anticipado, se espera que sea vetada por el presidente Mauricio Macri, ya que desde el gobierno aseguran que no beneficia a la creación de nuevos empleos. Tras casi seis horas de debate, que se inició a las 12.30 del miércoles, la ley antidespidos, que prohíbe los despidos por 180 días y establece una doble indemnización en caso de que ocurra, fue aprobada a las 5.46 por 147 votos afirmativos, 3 negativos y 88 abstenciones.
Luego de no lograr imponer su propio proyecto, propio, que incluía un paquete de medidas para las PyME con un fuerte costo fiscal, el Frente Renovador acompañó con su voto al Frente para la Victoria y al Bloque Justicialista de Diego Bossio, mientras que Cambiemos se abstuvo. Desde el Gobierno, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, ratificó la intención de Macri de vetar la norma, al desestimar que «esta herramienta legislativa ayude a los trabajadores».
El titular del interbloque Cambiemos, Mario Negri, reiteró que la norma «no va a resolver el problema del desempleo», y reclamó «tomar alguna referencia porque no es proporción la medida con la dimensión del problema». En tanto, el presidente del bloque por el Frente para la Victoria, Héctor Recalde, alertó que «hay muchos despidos y esto (la ley) tiene que ser un mensaje», al tiempo que señaló que «si el Presidente la veta va a existir otro veto: es el veto de los trabajadores».
En su intervención, la titular de la bancada por el Frente Renovador, Graciela Camaño, advirtió que «esta es como una sesión testimonial» porque «se va a votar una mala ley y mañana (por hoy) va a estar vetada», pero aclaró que no pide que le digan al Presidente «en la oreja que no la vete aunque debió haber mantenido un respetuoso silencio». Por su parte, el jefe del bloque Justicialista, Oscar Romero, pidió al mandatario que «antes de firmar lo que va a firmar, que piense que muchos trabajadores han perdido el empleo y seguramente muchos lo habrán votado y otros no, pero son trabajadores».
«No nos motiva poner en un aprieto al presidente de la nación, no venimos a hablarle a los medios, venimos a planear una necesidad que queremos terminar con los telegramas de despido», agregó. Por su parte, el radical Luis Petri (UCR) acusó al kirchnerismo de buscar «desestabilizar social y económicamente al gobierno de Cambiemos porque quiere que le vaya mal», a la vez que criticó que desde el FpV «hablan livianamente de ola de desocupación y se paran en la puerta del correo para contar los telegramas».
Sin embargo, el massista Marco Lavagna aclaró que «si bien es cierto que no es una mega ola de despidos, hubo tantas suspensiones como en todo el año de 2015», lo que a su entender es «una antesala de un problema que se va agravando y tenemos que tomar medidas». Fernando Sánchez (Coalición Cívica-ARI) criticó al kirchnerismo, pero aclaró que «es peor el dictamen del Frente Renovador, es de una peligrosa especulación política porque contiene lo malo del Frente para Victoria agrega algunos aspectos que se podrían haber trabajado bien». }