La ciudad de Buenos Aires perdió en un año 26,5 hectáreas de parques y casi 2 hectáreas de espacios verdes en canteros, mientras que sumó 1,8 hectáreas en plazas y plazoletas. Así lo revela la Dirección General de Estadísticas y Censos porteña, que muestra que la metrópolis sigue lejos de cumplir con el mínimo recomendado por ONU-Hábitat en cuanto a la relación entre espacios verdes y habitantes, que es de 10 metros cuadrados por habitante (m2/hab); hoy la Capital ostenta 5,9 m2/hab, una décima menos que el año anterior.

¿Cómo se explica, entonces, que el promedio de espacios verdes por habitante se mantenga si hubo pérdida en la superficie de los parques? La respuesta está al analizar comuna por comuna: cinco de ellas perdieron, seis ganaron, mientras que cuatro mantuvieron el guarismo de 2014.Los barrios que más cantidad de espacios verdes tienen son Puerto Madero, San Nicolás, Retiro, Monserrat, San Telmo y Constitución (Comuna 1), que perdieron 0,43 hectáreas por cada 1000 habitantes. A pesar de la quita, hoy ese distrito ostenta 18,61 m2/hab y sigue siendo el mejor posicionado gracias a la influencia de la Reserva Ecológica, la mayor área protegida de la ciudad. Le siguen Villa Lugano, Villa Soldati y Villa Riachuelo con 12, 9 m2/hab, que también perdieron áreas, especialmente en comparación con 2012, cuando se contabilizaron 23,1 m2/hab.

La Comuna 13 (Núñez, Belgrano y Colegiales) pasó de tener 5,5 m2/hab en 2014 a 4,8 m2/hab en 2015. Es en este barrio donde se registra la mayor pérdida de hectáreas en parques, ya que en 2014 ostentaba 80,2 ha y el año pasado bajó a 53,7 ha. Según la explicación oficial, esta baja se debe a la reducción de superficie por las obras de construcción del nodo de Cantilo-Lugones que conecta la provincia de Buenos Aires con la ciudad, y por la cesión de una fracción de terrenos a la Policía Federal Argentina.

“La proporción de verde por habitante bajó de 6 m2 en 2006, un número oficial bastante poco creíble, a 5,9 m2 en 2014. Parece poca pérdida, pero como el número ya es bajísimo, apenas una fracción de lo recomendado por cualquier organismo internacional es para prestarle atención. Además, la misma Ciudad sabe que es baja y lo disimula midiendo en hectáreas cada 1000 habitantes, y así parece un número mayor”, sostiene Matías Pandolfi, doctor en Biología, investigador del Conicet y docente en la UBA

Fuente: La Nación