Para cuidar estas creaciones artísticas bajo tierra, la Defensoría del Pueblo porteña presentó en la Legislatura una iniciativa para proteger cerca de cien murales, ante la posibilidad de que sean dañados en reformas a futuro. En muchos casos, son réplicas de obras de artistas como Quinquela Martín, Rogelio Polesello, Carlos Páez Vilaró o Hermenegildo Sábat.

La iniciativa promueve que los murales que forman parte de las paredes subterráneas y que algunos datan de la década del 30 sean declarados como integrantes del Patrimonio Cultural de la Ciudad y fue recibida por los legisladores de la comisión de Cultura. La intención de la propuesta, además de destacar el valor patrimonial de los murales y de los revestimientos decorativos, también apunta a dar a esos elementos una protección que asegure su conservación ya que las estaciones, en muchas ocasiones, son parte de renovaciones estéticas por parte de la empresa Metrovías, ya sea para renovar la imagen institucional o por la incorporación de nuevas tecnologías.

En rigor, las estaciones de las líneas A y B originalmente no tenían murales, sino que sus paredes están revestidas en azulejos con frisos y guardas de colores diferentes en cada estación para facilitar su reconocimiento.

FOTO: RUMBOFAMILIAR