Por quinta vez en esta etapa del juicio por el encubrimiento del atentado a la AMIA, declaró el ex juez de la causa AMIA, Juan José Galeano, quien viene intentando defenderse de los múltiples cargos que se le imputan. Al igual que audiencias anteriores, no contestó preguntas.En esta oportunidad y durante todo el día, el destituido magistrado se encargó de desmentir a Claudio Lifschitz, un ex empleado de su juzgado que denunció abiertamente gran cantidad de irregularidades cometidas durante la investigación del atentado.
“Todo es un invento de Lifschitz”, dijo al respecto de las coacciones a testigos que se le imputan. Uno de esos testigos es el entonces abogado de Carlos Telleldín, Gustavo Semorile, de quien habló varios minutos.“Es falso que existieron amenazas para que (Semorile) declare”, sostuvo Galeano y siguió en contradicción con los dichos de los empleados del juzgado que confirmaron la existencia de cámaras ocultas: “Es falso que había una cámara en mi despacho. Es falso que se haya grabado a Semorile y coaccionado para que declare en contra de Ribelli”.
En línea con su indagatoria del jueves pasado, el imputado hizo hincapié en la “espontaneidad” con la que, en este caso Semorile pero también lo dijo respecto del resto de los testigos e incluso de Telleldín, se le acercaron los involucrados en la causa a declarar. Con ello, el ex juez buscó probar que él no inventó ni organizó las declaraciones contra los policías bonaerenses -como se lo acusa- sino que son pruebas que iban surgiendo “espontáneamente”. Además, con el fin de desacreditar a Lifschitz, lo relacionó con los ex policías bonaerenses que son hoy querellantes: “La idea de Lifschitz es beneficiar a Ribelli y hasta a Telleldín. Su invento demuestra que ha tenido un sponsor”.
Las cámaras y el pagoLa segunda parte de su relato mayoritariamente leído se centró concretamente en la segunda y tercera entrevista que mantuvo con Telleldín (la primera la abordó la audiencia pasada) el 7 de junio y el 1 de julio de 1996. Esta última se grabó subrepticiamente. En el encuentro de junio, según contó Galeano, el doblador de autos le pidió los 400.000 dólares para proteger a su familia y declarar contra los policías bonaerenses, aunque en todo momento se habla de un “libro”. “Telleldín me dijo que tenía testigos de la entrega de la Trafic pero que no hablaría hasta no vender los derechos del libro”, recordó el ex juez.
Con esto, contó Galeano, “Telleldín ponía ante mí el precio que le ponía a la verdad”. Por ese motivo, explicó, le trasladó el pedido al jefe de la vieja SIDE, Hugo Anzorreguy, ya que ese organismo y Presidencia se venían haciendo cargo de los gastos como -sostuvo- “viajes, pagos a informantes, compra controlada de armas, montaje con el testigo C”, entre otros. “Yo no tenía forma de disponer de los fondos. Los funcionarios del Estado debían decidir sobre eso (el pago)”, afirmó el acusado y agregó que él estaba interesado en que se concretara para que declarara Telleldín, cuyo pedido -admitió- le “parecía razonable”.
La operación a la que accedería la SIDE, siguió Galeano, era “bajo la esfera de su competencia (de inteligencia) y como tal debía mantenerse en secreto”.Previo al primero de julio de 1996 se instaló, según el imputado, una cámara oculta en el despacho de los secretarios Javier De Gamas y Carlos Velasco porque “iba a entrevistar a Telleldín”. El día del encuentro, siempre según Galeano, el fallecido agente de la SIDE Alejandro Brousson se mantuvo en el juzgado para “constatar la situación”. Sin embargo, el ex espía declaró en su momento no saber por qué estaba allí. En palabras de Galeano: “Me causa gracia como este funcionario de la SIDE dice en su declaración que no tenía idea por qué estaba ahí”.
“Lo grabé -dijo el ex juez- porque se hablaba de dinero ajeno que yo no disponía y aún no sé de dónde salió y para recordar y registrar lo que decía (Telleldín)”. Acto seguido, Galeano mostró en pantalla y leyó durante horas las transcripciones del video de aquel encuentro, lo que se puso un tanto tedioso al punto en que, dirigiéndose a los jueces, dijo: “Pido disculpas por lo aburrido que es esto”.En esa reunión, entre otras cuestiones, Galeano le entrega un papel al doblador de autos que, según él, contenía sólo preguntas, y Telleldín admite en un discurso desordenado que declarará acerca de las extorsiones de policías bonaerenses cuando tenga el dinero y también acerca de Ramón Martínez y los policías Leal e Ibarra a quienes, dice en la grabación, les entregó la camioneta Trafic.
Sobre la operación del pago que realizó finalmente la SIDE, Galeano desmintió al aquí imputado ex espía Patricio Finnen, quien afirmó haberle llevado el dinero al entonces juez. “Yo nunca vi el dinero que se le entregó a Telleldín, como dice Finnen. No me consta que él tuviera el dinero”.También afirmó que supo que el pago se haría el mismo día de la indagatoria, tras el llamado de la pareja de Telleldín, Ana Boragni, pero que no conoció “mucho de la operación”.Por último, desmintió nuevamente al espía Horacio Stiuso y afirmó que “No se entregó copia de los videos a funcionarios de la SIDE” y que “Ninguno de los dos videos salió del juzgado hasta que Lifschitz los sustrajo”. Al final de la audiencia, los jueces anunciaron el rechazo de todos los pedidos hechos por las partes para el llamado de nuevos testigos y no hicieron lugar tampoco al pedido de careo entre los ex SIDE Stiuso y Lucas por no advertir contradicciones sustanciales.