Para el Bloque Unidad Ciudadana el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta encabezó una nueva apertura de sesiones ordinarias en las que nombró una serie de “compromisos cumplidos” que tanto los números como la realidad efectiva que viven los porteños y porteñas contradicen. Después de casi 12 años de gobierno macrista en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, todavía existen deudas gravísimas en todos los ejes de gestión.
1) Fuimos a Pepirí 185, Lagos 2929, Castañares 6500, entre otras, y comprobamos junto a docentes y vecinos que son todas escuelas fantasma. Por otra parte, cuando visitamos el Polo Educativo de Villa Lugano que el Gobierno asegura haber finalizado, constatamos que no está terminado el polideportivo y que las obras están prácticamente paradas. Tampoco hicieron la escuela para chicos con discapacidad ni prevén hacerlo en un futuro: no tiene un espacio asignado. La ley que ordena la construcción del polo educativo se aprobó en 2012, y 7 años después, todavía sigue incompleto. Educación: Al comienzo de su gestión, Horacio Rodríguez Larreta prometió 30 nuevas escuelas con salas de 3 años. En la página web del Gobierno, a la que el Jefe de Gobierno remite cada vez que se le consulta sobre el tema, publicaron un listado de escuelas “en ejecución”, pero cuando las recorrimos sólo encontramos terrenos baldíos y espacios abandonados, muchos de ellos sin siquiera un cartel de obra . El resultado del incumplimiento de estos compromisos es que cada año hay más niños sin vacante. El faltante alcanza hoy a 23 mil niños sin vacante en la escuela pública en la Ciudad.
No construyeron las escuelas que prometieron, no invierten en las que ya están hechas y avanzan en el cierre de establecimientos, como hicieron con el lactario del Hospital Ramos Mejía e intentaron hacer con las escuelas nocturnas. El desprecio por la educación pública es absoluto. Salud: en los últimos 8 años de gestión, en los hospitales públicos hay disponibles 1392 camas menos, lo que equivale al cierre de 5 hospitales. Hay 993 camas menos en los hospitales especializados, 324 en los generales y 75 en los pediátricos. Tampoco cumplieron con las obras prometidas. El ejemplo más claro es el Hospital Grierson de Villa Lugano, que aún está incompleto. A pesar de que Larreta lo anunció como compromiso cumplido hace exactamente un año, el nosocomio todavía no cuenta con el servicio de internación para los pacientes que llegan con casos graves. El Jefe A esto se le suma el fracaso de los créditos UVA: muchas familias seleccionadas e incluso adjudicadas deciden no aceptarlos o darse de baja porque no pueden soportar el peso de las cuotas que no
paran de aumentar.
Seguridad: los resultados también son pésimos. Los robos registrados en la Ciudad de Buenos Aires han aumentado un 3,44% el último año, pasando de 68.297 hechos en 2017 a 70.648 en 2018.
La Ley de Seguridad Pública no se cumple: a dos años de su sanción, todavía no está reglamentada; nunca se sometieron al control de la ciudadanía las investigaciones sobre faltas cometidas por
el personal policial; no se creó la Defensoría del Personal de la Policía de la Ciudad, y después de los continuos y polémicos cambios de Jefe de Policía, muchos de ellos involucrados en causas de corrupción, hoy no hay ninguno designado. Actualmente las fuerzas de seguridad están puestas más en reprimir la protesta social y perseguir a los trabajadores de la economía popular que en garantizar la seguridad ciudadana.
Transporte público: es uno de los puntos más débiles de esta gestión. El subte debería ser el eje central porque es el medio más seguro, el más ecológico y el más eficaz para resolver los problemas de tránsito. Sin embargo, fue sistemáticamente relegado por este gobierno. Macri llegó diciendo que haría 10 km. por año; no cumplieron y ahora Larreta directamente lo ignora en sus objetivos de gestión: sólo habla de mejorar la frecuencia. A pesar de haber aumentado la tarifa un 1400%, los usuarios viajan hacinados, padecen las continuas demoras e interrupciones, estaciones con filtraciones cada vez que llueve y escaleras mecánicas y ascensores que nunca funcionan. La red es escasa y no va a mejorar en el futuro: por primera vez desde la creación del subte no hay ni una estación nueva en construcción. Atrás quedó la promesa del “subtrenmetrocleta”: a 3 años de su anuncio, ni desde Ciudad ni desde la Nación se realizó ningún avance.
Políticas de género: hoy ocupan un lugar central en la sociedad argentina pero no parecen ser importantes para Rodriguez Larreta. Este año se va a destinar sólo el 0.08% del presupuesto a la asistencia a víctimas de violencia de género. Las políticas existentes son pocas y no se implementan como deberían: la geolocalización de los botones antipánico tiene graves fallas; los Centros de Integración de la Mujer abren en días y horarios que no responden a las necesidades de atención, tienen muy poca difusión entre la población y varios de ellos se encuentran tercerizados; y los hogares para víctimas se encuentran en pésimas condiciones: hay hacinamiento, poca privacidad y escasa contención. Las políticas de diversidad se limitan a actos de marketing, no hay programas concretos para las disidencias sexuales. Después de 10 años de la sanción de la Ley de Educación
Sexual Integral, su implementación es marginal, aislada y no responde a los criterios de transversalidad; tampoco cuenta con el presupuesto suficiente, a pesar de ser una herramienta fundamental
para prevenir las violencias de género, situaciones de abuso, discriminación por identidad de género y embarazos no deseados.Ciudad Verde: Desde hace 11 años tienen como slogan una “Ciudad verde”, pero han hecho poco y nada para alcanzarla. Larreta prometió “duplicar la capacidad de reciclado de basura”, pero no sólo incumplió sistemáticamente las metas de la Ley de Basura Cero, sino que en 2018 decidió abandonar esta política y aprobar en la Legislatura Porteña la incineración de residuos, una medida que perjudica gravemente tanto el medioambiente como la salud de los ciudadanos y ciudadanas. Por otra parte, en la Ciudad tenemos sólo 6 m2. de espacios verdes por ciudadano, mientras la
Bloque de legisladores Organización Mundial de la Salud recomienda un mínimo de 10 a 15. Pero además, el gobierno contabiliza como tales a los canteros, enredaderas y plazas secas, mientras los terrenos en los que los vecinos y vecinas demandan desde hace años plazas y parques son entregados a empresas amigas para hacer negocios inmobiliarios. En nuestra Ciudad avanza el cemento y retrocede el verde, deteriorando la calidad de vida de todos los habitantes. Ajuste, inflación y deterioro de la economía familiar: Las promesas incumplidas y los pésimos resultados no están escindidas del acompañamiento de Larreta a cada una de las medidas de ajuste que lleva adelante el Gobierno de Mauricio Macri.
A los tarifazos de luz, agua, gas y transporte, a los porteños se les suma el de subte, ABL, peajes y ahora los parquímetros, que pasan de 4.000 a 86.000 y llegan a 14 de las 15 comunas. Además, en la Ciudad tenemos la inflación más alta del país: está un punto arriba del índice nacional. El macrismo prometió la “apertura de nuevas pymes en 10 días”, pero cerraron más de 2500 negocios en el AMBA. Nos hablaron de “1000 nuevos restaurantes amigos de las mascotas”, pero ningún local gastronómico puede sostenerse en este contexto y muchos de ellos, algunos clásicos de nuestra Ciudad, tuvieron que bajar sus persianas. A la gente cada día le cuesta más llegar a fin de mes. En 2018 vimos, con dolor, que se duplicó la indigencia: hoy más de 200 mil personas están viviendo situaciones dramáticas. Queda claro que ni Macri ni Larreta gobiernan para el bienestar de la gente, sólo lo hacen para un pequeño grupo de empresarios amigos que se enriquecieron con cada una de sus medidas.
2 ) Educación: Al comienzo de su gestión, Horacio Rodríguez Larreta prometió 30 nuevas escuelas con salas de 3 años. En la página web del Gobierno, a la que el Jefe de Gobierno remite cada vez
que se le consulta sobre el tema, publicaron un listado de escuelas “en ejecución”, pero cuando las recorrimos sólo encontramos terrenos baldíos y espacios abandonados, muchos de ellos sin
siquiera un cartel de obra . El resultado del incumplimiento de estos compromisos es que cada año hay más niños sin vacante. El faltante alcanza hoy a 23 mil niñxs sin vacante en la escuela pública en la Ciudad. No construyeron las escuelas que prometieron, no invierten en las que ya están hechas y avanzan en el cierre de establecimientos, como hicieron con el lactario del Hospital Ramos Mejía e intentaron hacer con las escuelas nocturnas.
El desprecio por la educación pública es absoluto. Salud: en los últimos 8 años de gestión, en los hospitales públicos hay disponibles 1392 camas menos, lo que equivale al cierre de 5 hospitales. Hay 993 camas menos en los hospitales especializados, 324 en los generales y 75 en los pediátricos. Tampoco cumplieron con las obras prometidas.El ejemplo más claro es el Hospital Grierson de Villa Lugano, que aún está incompleto. A pesar de que Larreta lo anunció como compromiso cumplido hace exactamente un año, el nosocomio todavía no cuenta con el servicio de internación para los pacientes que llegan con casos graves. El Jefe de Gobierno le mintió a los vecinos y vecinas que esperan este hospital hace más de 10 años. Tampoco la salud pública es una prioridad para este Gobierno. Vivienda: Respecto a la vivienda, la urbanización de las villas de la Ciudad es una de las grandes deudas pendientes del gobierno macrista. A pesar de que se logró avanzar con la construcción de algunas viviendas, dejaron de lado las obras de infraestructura básica en los barrios, que es lo que realmente modifica la calidad de vida de los vecinos y vecinas.
Por otra parte, el alquiler es un dolor de cabeza para los inquilinos porteños: representa más de la mitad de los ingresos promedio y las pocas políticas que se llevaron adelante para facilitar el acceso fracasaron, desde el “Alquilar se puede” hasta “Garantía BA”, el programa lanzado recientemente que arregló con compañías aseguradoras 14 medidas para bajar las expensas y sólo logró la aplicación de 2. Se gastó más en publicidad que en su real implementación. Por último, el sueño de la casa propia hoy es una pesadilla: el acceso a los créditos es muy difícil, debido a los requerimientos tanto de los bancos como del IVC. A esto se le suma el fracaso de los créditos UVA: muchas familias seleccionadas e incluso adjudicadas deciden no aceptarlos o darse de baja porque no pueden soportar el peso de las cuotas que no
paran de aumentar.
Seguridad: los resultados también son pésimos. Los robos registrados en la Ciudad de Buenos Aires han aumentado un 3,44% el último año, pasando de 68.297 hechos en 2017 a 70.648 en 2018.
La Ley de Seguridad Pública no se cumple: a dos años de su sanción, todavía no está reglamentada; nunca se sometieron al control de la ciudadanía las investigaciones sobre faltas cometidas por
el personal policial; no se creó la Defensoría del Personal de la Policía de la Ciudad, y después de los continuos y polémicos cambios de Jefe de Policía, muchos de ellos involucrados en causas de
corrupción, hoy no hay ninguno designado. Actualmente las fuerzas de seguridad están puestas más en reprimir la protesta social y perseguir a los trabajadores de la economía popular que en
garantizar la seguridad ciudadana.
Transporte público: es uno de los puntos más débiles de esta gestión. El subte debería ser el eje central porque es el medio más seguro, el más ecológico y el más eficaz para resolver los problemas de tránsito. Sin embargo, fue sistemáticamente relegado por este gobierno. Macri llegó diciendo que haría 10 km. por año; no cumplieron y ahora Larreta directamente lo ignora en sus objetivos de gestión: sólo habla de mejorar la frecuencia. A pesar de haber aumentado la tarifa un 1400%, los usuarios viajan hacinados, padecen las continuas demoras e interrupciones, estaciones con filtraciones cada vez que llueve y escaleras mecánicas y ascensores que nunca funcionan. La red es escasa y no va a mejorar en el futuro: por primera vez desde la creación del subte no hay ni una estación nueva en construcción. Atrás quedó la promesa del “subtrenmetrocleta”: a 3 años de su anuncio, ni desde Ciudad ni desde la Nación se realizó ningún avance.
Políticas de género: hoy ocupan un lugar central en la sociedad argentina pero no parecen ser importantes para Rodriguez Larreta. Este año se va a destinar sólo el 0.08% del presupuesto a la asistencia a víctimas de violencia de género. Las políticas existentes son pocas y no se implementan como deberían: la geolocalización de los botones antipánico tiene graves fallas; los Centros de Integración de la Mujer abren en días y horarios que no responden a las necesidades de atención, tienen muy poca difusión entre la población y varios de ellos se encuentran tercerizados; y los hogares para víctimas se encuentran en pésimas condiciones: hay hacinamiento, poca privacidad y escasa contención. Las políticas de diversidad se limitan a actos de marketing, no hay programas concretos para las disidencias sexuales. Después de 10 años de la sanción de la Ley de Educación
Sexual Integral, su implementación es marginal, aislada y no responde a los criterios de transversalidad; tampoco cuenta con el presupuesto suficiente, a pesar de ser una herramienta fundamental
para prevenir las violencias de género, situaciones de abuso, discriminación por identidad de género y embarazos no deseados. Ciudad Verde: Desde hace 11 años tienen como slogan una “Ciudad verde”, pero han hecho poco y nada para alcanzarla. Larreta prometió “duplicar la capacidad de reciclado de basura”, pero no sólo incumplió sistemáticamente las metas de la Ley de Basura Cero, sino que en 2018 decidió abandonar esta política y aprobar en la Legislatura Porteña la incineración de residuos, una medida que perjudica gravemente tanto el medioambiente como la salud de los ciudadanos y ciudadanas.
Por otra parte, en la Ciudad tenemos sólo 6 m2. de espacios verdes por ciudadano, mientras la Organización Mundial de la Salud recomienda un mínimo de 10 a 15. Pero además, el gobierno contabiliza como tales a los canteros, enredaderas y plazas secas, mientras los terrenos en los que los vecinos y vecinas demandan desde hace años plazas y parques son entregados a empresas amigas para hacer negocios inmobiliarios. En nuestra Ciudad avanza el cemento y retrocede el verde, deteriorando la calidad de vida de todos los habitantes. Ajuste, inflación y deterioro de la economía familiar: Las promesas incumplidas y los pésimos resultados no están escindidas del acompañamiento de Larreta a cada una de las medidas de ajuste que lleva adelante el Gobierno de Mauricio Macri.
A los tarifazos de luz, agua, gas y transporte, a los porteños se les suma el de subte, ABL, peajes y ahora los parquímetros, que pasan de 4.000 a 86.000 y llegan a 14 de las 15 comunas. Además, en la Ciudad tenemos la inflación más alta del país: está un punto arriba del índice nacional. El macrismo prometió la “apertura de nuevas pymes en 10 días”, pero cerraron más de 2500 negocios en el AMBA. Nos hablaron de “1000 nuevos restaurantes amigos de las mascotas”, pero ningún local gastronómico puede sostenerse en este contexto y muchos de ellos, algunos clásicos de nuestra Ciudad, tuvieron que bajar sus persianas. A la gente cada día le cuesta más llegar a fin de mes. En 2018 vimos, con dolor, que se duplicó la indigencia: hoy más de 200 mil personas están viviendo situaciones dramáticas. Queda claro que ni Macri ni Larreta gobiernan para el bienestar de la gente, sólo lo hacen para un pequeño grupo de empresarios amigos que se enriquecieron con cada una de sus medidas.
de Gobierno le mintió a los vecinos y vecinas que esperan este hospital hace más de 10 años. Tampoco la salud pública es una prioridad para este Gobierno Vivienda: Respecto a la vivienda, la urbanización de las villas de la Ciudad es una de las grandes deudas pendientes del gobierno macrista. A pesar de que se logró avanzar con la construcción de algunas viviendas, dejaron de lado las obras de infraestructura básica en los barrios, que es lo que realmente modifica la calidad de vida de los vecinos y vecinas. Por otra parte, el alquiler es un dolor de cabeza para los inquilinos porteños: representa más de la mitad de los ingresos promedio y las pocas políticas que se llevaron adelante para facilitar el acceso fracasaron, desde el “Alquilar se puede” hasta “Garantía BA”, el programa lanzado recientemente que arregló con compañías aseguradoras 14 medidas para bajar las expensas y sólo logró la aplicación de 2. Se gastó más en publicidad que en su real implementación. Por último, el sueño de la casa propia hoy es una pesadilla: el acceso a los créditos es muy difícil, debido a los requerimientos tanto de los bancos como del IVC.