Este reconocimiento es otorgado a dos expertos que desde hace años alertan sobre el mal uso que se hace del ambiente, y que llega en un momento de grave crisis de los recursos naturales, con foco en el Cono Sur.Se trata de la Dra. En Ciencias Biológicas Sandra Myrna Díaz (Universidad Nacional de Córdoba). Su trabajo sobre la contribución de la naturaleza para la vida humana es valorado a nivel mundial. También, del Dr. en Ciencias Agropecuarias Lucas Alejandro Garibaldi (Universidad de Buenos Aires), quien se destaca por sus estudios sobre los usos del suelo y los polinizadores.
La Fundación Bunge y Born entregó sus Premios Científicos 2019 en Ecología el pasado miércoles 28 de agosto, en el CCK (Sarmiento 151, CABA).La ecología es la disciplina que representa los mayores desafíos para la humanidad y aporta conocimientos fundamentales para contribuir a la sustentabilidad del planeta a través del estudio de las relaciones de los organismos y el medio ambiente, a múltiples escalas, analizando fenómenos locales, regionales y globales. El Premio Fundación Bunge y Born reconoce la trayectoria y los aportes de destacados científicos desde 1964 y se ha consolidado como uno de los principales reconocimientos a la actividad científica argentina. El Premio Estímulo, que destaca los aportes de científicos más jóvenes, se entrega, ininterrumpidamente, desde 2001.
Los premiados 2019
Sandra Myrna Díaz:
Es Doctora en Biología por la Universidad Nacional de Córdoba, Doctora Honoris Causa por la Universidad de Buenos Aires, e Investigadora Superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC). Junto a su equipo, trabaja en un marco interdisciplinario, que incluye a sociólogos y distintos actores sociales, desde hace más de 10 años. La investigadora analiza la trama de la vida (biodiversidad) a través de las plantas. Presentó, junto a su equipo, un trabajo valorado a nivel mundial: La contribución de la naturaleza para la gente. Esta fue la primera herramienta metodológica, formal, consistente y empírica sobre el tema.“La naturaleza es patrimonio de todos y es una fuente constante de beneficios que necesitamos. El uso que podemos hacer de ella no es incompatible con el buen estado, siempre que tengamos mínimos reparos y precauciones, ya que la vida en la naturaleza se regenera rápidamente”, asegura Sandra.
“El tema es que hoy, los que se benefician a corto plazo hacen una fiesta, que después pagan otros, que pagamos todos”, advierte. A principios de mayo de 2019, en París, co-presidió —junto al científico alemán, Josef Settele y al brasileño-estadounidense, Eduardo Brondízio el informe de la sesión plenaria de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés). Este sostiene que el número de especies en extinción se acelera en todo el mundo, acercándose al millón, y detalla otros síntomas de deterioro de la naturaleza, con potenciales graves consecuencias para la humanidad.
El informe fue compilado y recopilado por 145 expertos de todo el mundo, contó con la colaboración de otros 310 autores, y está destinado a los tomadores de decisiones en todos los niveles, ya que considera que todavía se está a tiempo de torcer la tendencia actual hacia un deterioro generalizado de la naturaleza.Para el jurado, que la declaró ganadora del Premio Fundación Bunge y Born 2019, "Sandra Díaz ha jugado un papel fundamental en el desarrollo del concepto de diversidad funcional”, al tiempo que "a través de contribuciones teóricas, metodológicas y empíricas, ha demostrado cómo los caracteres biológicos de las plantas vasculares influyen sobre su vulnerabilidad al cambio climático, y las consecuencias que esto trae para el funcionamiento de ecosistemas".
Sandra Díaz es miembro de las Academias de Ciencias de Argentina, Estados Unidos, Francia y el Mundo en Desarrollo; miembro honorario de la Sociedad Británica de Ecología y miembro extranjero de la Royal Society de Londres. Anteriormente, recibió el Premio Cozzarelli (2008), el Premio Margalef en Ecología (2017), el Premio Senckenberg para la Investigación de la Naturaleza (2019), el Premio Gunnerus en Ciencias de la Sostenibilidad (2019) y el Premio Princesa de Asturias (2019). Fue mencionada por la revista Nature en 2018, como uno de los cinco científicos to watch (“para mirar”) en 2019 por co-liderar el Informe Global de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES).
Lucas Alejandro Garibaldi:
Es Doctor en Ciencias Agropecuarias por la Universidad de Buenos Aires. Actualmente es el Director de la Sede Andina del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural, de la Universidad Nacional de Río Negro. Garibaldi sostiene que estamos frente a un grave problema: la forma en que se está usando el planeta. Y lo explica de la siguiente manera: “Se producen cereales con siembra directa y agrotóxicos, lo que da una ganancia inmediata, pero se contamina el agua, el suelo lo sufre y la gente pierde los empleos rurales de trabajo intensivo.
Luego, la sociedad toda tiene que pagar esos costos sociales, limpiar el agua y el suelo, y atender a las personas que desde el campo pasan a ocupar los cordones urbanos; es decir, todos estamos subsidiando a esos productores que tienen una ganancia inmediata”, asegura. Como contracara plantea: “Los productos orgánicos ya incluyen los costos sociales que implica tener ciertos cuidados. En el mercado mundial hay cada vez más demanda de productos orgánicos, tenemos que estar a la altura de ese mercado”. “Por eso, la solución al problema es la intensificación ecológica, que implica alta productividad y está asociado a más vida, a la diversidad”, enfatiza.
“La intensificación ecológica consiste en dejar actuar a los pesticidas silvestres como los insectos, las aves que depredan pestes, los polinizadores naturales – abejas (hay más de 20.000 especies en el mundo), mariposas, escarabajos-, y promover la fertilidad del suelo”, concluye. El jurado destacó su labor y consignó que "con una fuerte impronta cuantitativa y estadística, uno de los aportes más significativos de Lucas consistió en la demostración de que la diversidad y abundancia de polinizadores silvestres son más importantes que la abundancia de la abeja doméstica en el servicio de polinización de muchos cultivos". Asimismo, el jurado destacó como notable su "interés por difundir y hacer llegar las implicaciones de sus hallazgos científicos a la sociedad".
Los premios científicos Fundación Bunge y Born
Desde 1964 se entregan ininterrumpidamente, posicionándose como uno de los reconocimientos más importantes del ámbito científico nacional, tanto por el prestigio del jurado y de los premiados, como por su magnitud.Entre las figuras galardonadas se destacan el Premio Nobel argentino Luis Federico Leloir (1965, Medicina); e investigadores como: Rolf Mantel (1993, Economía), Roberto Salvarezza (2012, Química), Gabriel Rabinovich (2014, Medicina Experimental), María Beatriz Aguirre-Urreta (2016, Paleontología), Carlos Balseiro (2017, Física) o Víctor Yohai (2018, Matemática). Acerca de la Fundación Bunge y Born : La Fundación Bunge y Born (FBB) es una organización sin fines de lucro de alcance federal fundada el 1 de agosto de 1963. En la actualidad, invierte en innovación social y promueve el desarrollo de soluciones novedosas, escalables y basadas en evidencia, para contribuir al bienestar de las personas y de la sociedad.