Lo primero que es fundamental hacer frente a una enfermedad de altísimo poder de transmisibilidad como es la tuberculosis (TBC) y frente a la detección o presunción de nuevos casos es aplicar todos los protocolos médicos establecidos y disponibles para cercarla y evitar su expansión, y fortalecer las estrategias de control alrededor de los que tuvieron contacto con los pacientes. Por eso mismo, el protocolo de acción establece que se deberán evaluar los contactos de los pacientes con TBC para su seguimiento hasta descartar el diagnóstico o para brindar tratamiento a quienes lo requieran.

La noticia corrió como reguero de pólvora ayer por la tarde sobre la detección de 2 nuevos casos de tuberculosis en adolescentes de 3er. y 5to. Año del secundario que asistía a una escuela porteña en el barrio de San Telmo. Los hechos adquirieron contundencia cuando circuló un comunicado firmado por el propio equipo de conducción de la Escuela Normal Superior -número 3- Bernardino Rivadavia de la Ciudad de Buenos Aires, en la calle Bolívar 1235, confirmando a la comunidad educativa que se habían registrado dos casos de tuberculosis en el nivel medio, uno con fecha del 1/10/2019 en 3ero. 3era año y otro el 21 /10/19 en 5to. 3era.

En ambos casos -fijó el escrito- se activó inmediatamente el Protocolo de Alerta por presencia o presunción de enfermedades de denuncia obligatoria; establecido en la Ley 2224/06 de la Legislatura de CABA. Al ser consultada por Infobae, la coordinadora de comunicación del Ministerio de Salud de GCBA Silvia Belsito explicó que, “hasta esta hora no había recibido notificación alguna sobre los casos confirmados por la institución educativa Bernardino Rivadavia. Y que según protocolo las autoridades sanitarias porteñas deberán ser informadas luego de transcurrido un período de ventana, de 7 a 10 días de detectada la enfermedad”. Hay que señalar que según el comunicado de la propia escuela Bernardino Rivadavia uno de los casos fue detectado el 1/10/2019, lo que resulta asombroso que las autoridades sanitarias aún desconozcan el caso.

Los últimos datos nacionales disponibles señalan que en la Argentina existen casi 10.000 casos de tuberculosis. La Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires concentran casi la mitad de los casos a nivel país, de una enfermedad curable y prevenible y que tiene disponible una vacuna obligatoria prevista en el Calendario Nacional de Vacunación. En diálogo con Infobae, la doctora Lilian Testón, médica infectología, coordinadora del Departamento de Epidemiología de FUNCEI explicó: La tuberculosis es un tema de salud pública que nos debe ocupar a todos: es una enfermedad social, contagiosa y curable. Históricamente se la ha relacionado con poblaciones en condición de pobreza y en la actualidad estas fronteras se han derribado”.

Y agregó: “El conocimiento de nuevos casos debe servir para reforzar la información acerca de que la vacuna BCG protege contra la Tuberculosis (TBC), y es efectiva y segura para prevenir las manifestaciones severas de la enfermedad, por lo que debe administrarse al nacimiento, y antes del alta sanatorial, siempre que el peso del recién nacido supere los 2 kg” .El diagnóstico de la Tuberculosis se puede realizar a través de la bacteriología (baciloscopia), radiología, reacción de PPD (va a mostrar infección, aunque no enfermedad) y otras técnicas de laboratorio. Luego, la mayoría de los pacientes se cura en un periodo de seis meses o más de acuerdo a la categoría de la enfermedad si reciben tratamiento y lo cumplen de manera adecuada, preferentemente mediante esquemas de TAES (Tratamiento Estrictamente Supervisado) o TDO (Tratamiento Directamente Observado).

Una vez iniciado el tratamiento de la persona con diagnóstico de tuberculosis es muy importante registrar y evaluar los contactos que viven o tienen relación con ella por más de 4 horas diarias, controlando si presentan o no sintomatología, si están vacunados o no y, de no estarlo y ser menores de 6 años y no contar con documentación de vacunación y/o con cicatriz, deberán vacunarse con BCG para poder iniciar la correcta quimioprofilaxis, tratamiento que dura aproximadamente 6 meses.