Todavía no comenzó la temporada de vacaciones, cuando se produce una masiva concurrencia a las playas bonaerenses, pero la contaminación humana se hace sentir y amenaza con afectar la vida animal y humana. Más del 80% de los residuos encontrados, entre San Pedro y la Isla Lucero son plásticos. De esa cifra, el 80% proviene del continente, y la proporción restante la pierden los barcos comerciales y los pesqueros. Esa es la cifra más impactante del cuarto Censo Provincial de Basura Costera Marina, realizado entre septiembre y octubre pasados en un área de 88 hectáreas o 888.444 metros cuadrados, o el equivalente a 127 campos de juego de fútbol.
Un conjunto de 792 voluntarios y más de 40 instituciones, entre civiles y oficiales, pudieron realizar un ranking de residuos costeros. El rubro plásticos incluye colillas de cigarrillos (27,3%), fragmentos plásticos (20,6%), telgopor (8,6%), envoltorios (8,1%), botellas Pet y otros envases (6,9), bolsas (6,2%) y tapas (6,2).Según La Nación, para algunos informes medioambientales la colilla de cigarrillo es uno de los contaminantes de agua más complejos. Se estima que una colilla puede contaminar entre 8 y 10 litros de agua de mar y hasta 50 litros de agua dulce. También se calcula que puede demorar hasta 10 años en descomponerse, y básicamente la colilla está compuesta de acetato de celulosa, un material no biodegradable cuya función es absorber sustancias tóxicas del humo de tabaco.
También es preocupante la existencia de «fragmentos plásticos provenientes de productos de mayor tamaño, como cubiertos descartables o elementos plásticos de golosinas, porque la acción mecánica del sol, el viento y el mar» los desintegra hasta convertirlos en porciones muy pequeñas, identificadas como microplásticos. Estos elementos, una vez que entran en la red alimentaria del ecosistema, afectan no solo la salud de los animales, se destacó en los resultados del censo. Los residuos censados en las playas bonaerenses confirman la advertencia que ya ha hecho a nivel global la Organización Mundial de Conservación (WWF, por sus siglas en inglés) sobre cómo el microplásticos afecta tanto la salud de la vida marina como la de los seres humanos.
Un estudio elaborado por Dalberg (una consultora en temas estratégicos medioambientales) y la Universidad de Newcastle (Australia) publicado en junio pasado señaló que en promedio una persona estaría ingiriendo unos cinco gramos de plástico semanalmente, el equivalente a una tarjeta de crédito. Ese informe internacional advirtió además que «una tercera parte de los desechos plásticos se vierten en la naturaleza. Si la situación se mantiene como en la actualidad, para 2025 los océanos tendrán una tonelada métrica de plástico por cada tres toneladas métricas de peces, se indicó. Según explicó Karina Álvarez, responsable del área de Conservación de la Fundación Mundo Marino, el censo de residuos surgió en 2016 por la preocupación creciente por la interacción negativa entre el plástico y las tortugas marinas.
La bióloga recordó que el 97% de las tortugas marinas que ingresan en ese centro de rescate «contienen plástico en su sistema digestivo«. Y brindó un panorama complejo para esta especie: A medida que ingieren plástico, al confundirlo con su alimento, se les produce un cuadro de ‘chaleco salvavidas’ por la cantidad de gas que se genera en su sistema digestivo. De esta manera, pierden capacidad de inmersión y buceo para buscar alimento y, sobre todo, para migrar en búsqueda de temperaturas más cálidas. La experiencia de Álvarez deja una imagen fuerte: [las tortugas] terminan saliendo a nuestras costas en estado letárgico y con cuadros de hipotermia.
Esta acción a la que cada vez se suman más organizaciones y voluntarios nos permite evaluar cuáles son los principales residuos que aparecen en nuestras playas y poder comparar con el muestreo de otras localidades de la provincia de Buenos Aires», sostuvo Diego Jorge, biólogo de la Fundación Ecológica Pinamar.Además agregó, nos da una herramienta fundamental para hacer llegar los datos a la comunidad y que se visibilice la situación de contaminación de nuestras costas y el impacto que esto produce en la fauna marina.
Entre las instituciones que participaron de esta nueva edición del censo se encuentran la Fundación Vida Silvestre Argentina; escuelas de San Clemente del Tuyú y de San Bernardo; el Comité de Gestión Reserva de Biosfera Parque Costero del Sur; el Foro Costero Ambiental; el Movimiento Evita Zona Centro; el Municipio de Punta Indio; la Junta Vecinal de Arenas Verdes; Jóvenes por el Clima; Asociación Naturalistas Gesellinos; grupos de scouts de varias localidades costeras; la Fundación Surfrider de La Costa, Mar del Plata y Necochea; el Museo de Ciencias de Monte Hermoso, y la ONG Alma Verde.