Escrito por Florencia Galarza
Que los argentinos no puedan viajar al exterior podría leerse como una limitación a una clase social con un piso de poder adquisitivo que se adopta para beneficiar el desarrollo económico de la industria nacional.
Esta es, de hecho, la lectura realizada desde el Gobierno nacional que lo impulsó a hacerlo: manteniendo el cepo cambiario y a sumando el “impuesto PAÍS”, es decir, el impuesto del 30% a todos los consumos en el extranjero y a la compra de dólares con motivo de turismo y ahorro. “Queremos incentivar a que los argentinos vacacionen en la Argentina”, había justificado el presidente Alberto Fernández al tomar esta medida que busca desalentar la fuga de divisas y el incentivo de la industria nacional a través del turismo interno.
La otra lectura: el 95% de las agencias de viajes se dedican completa o parcialmente al turismo emisivo, es decir, a los viajes de argentinos al exterior. Se trata del golpe de gracia de un sector previamente tumbado por el freno de viajes internacionales dado a la crisis económica acentuada durante el 2019, la corrida cambiaria y devaluación del peso, la inflación galopante y sus consecuentes “tarifazos”, sumado a un panorama de desconcierto y falta de seguridad para la planificación de viajes durante año electoral y un inminente cambio de color político en la gobernación de la Argentina. Las reglas de juego podían cambiar de un mes a otro, y de hecho lo hicieron.
Las agencias de viajes y empresas afines a prestaciones de servicios turísticos se vieron obligados a dolarizar tarifas, bajar precios a pesar del aumento de su “materia prima”, fijar cuotas sin interés con valores de dólar congelado y que empujaba a la agencia a una pérdida financiera en pocos días, a la resignación de rentabilidad y hasta la suspensión de ventas por la falta de previsión ante valores de divisas flotantes.
El reclamo de este sector es claro: hay una parte de la industria turística nacional que se está desangrando y reclaman contemplación estatal. “Estos meses deberían ser de buena venta ya que es la temporada alta, donde las agencias deberían estar ganando para sobrevivir la temporada baja, pero desde el 23 de diciembre hasta finales de enero las ventas han caído entre en un 60% y 80%”, explicó a Voces de Baires Alejandra Barzani, presidenta de la Asociación de Agentes y Agencias de Viajes Pymes de Argentina (AVAECE). “Pedimos que se cumplan las promesas de campaña de cuidar a las Pymes del país”, expuso Barzani, aclarando que peligran “5600 agencias de viajes y 25 mil puestos de trabajo”.
Desde el anuncio del impuesto PAIS y la fragmentación de la divisa hasta su ejecución, precedido por un mercado de incertidumbres políticas y económicas, comenzó a gestarse lo que hoy es la Red Federal de Agencias Autoconvocadas, unidas para “pedir audiencia al ministro de Turismo y Deporte, Matías Lammens, para el 3 de marzo”, fecha en la que los agentes de todas las provincias vendrán a Suipacha 1111 para exigirle al Ministerio una solución. Pero no vendrán con las manos vacías: tienen sus propuestas. “Además de las agencias Autoconvocadas, desde las asociaciones estamos viendo con el Gobierno nacional qué medidas se pueden tomar para no perjudicar”, completó Barzani.
Igualdad ante la ley
Las agencias de viajes cuentan con un historial de desventaja no solo por un 2019 que culminó con un parate del 100% de las ventas causado principalmente por la demora del AFIP en explicar cómo y en qué ocasiones se cobraría el nuevo impuesto PAIS, sino que arrastran un largo camino de desigualdad ante ley en comparación con las OTAs o agencias online como Almundo, Despegar y otras grandes multinacionales que batallan la rentabilidad de las Pymes argentinas desde su dominio “.com”. A saber sobre estas agencias de viajes online:
-El 70% de las contribuciones personales son compensadas con un bono de crédito para que las empresas incluidas en el régimen puedan pagar otros impuestos nacionales.
-60% es el descuento del Impuesto a las Ganancias que gozan estas compañías.
-0% es lo que puede aumentar la carga fiscal de las empresas inscriptas en este régimen.
En paralelo, las agencias tradicionales sufren las presiones impositivas de cualquier Pyme en la Argentina.
Para compensar esta desigualdad, Barzani explicó cuál es la propuesta desde su asociación al Estado: “Nosotros lo que le propusimos al Gobierno nacional es que se deje la alícuota del 30% cuando la gente compra a través de sitios web, es decir, en plataformas extranjeras que no tributan ningún impuesto en el país”. Y agregó: “Pero en el caso de que la persona compre a través de una agencia de viajes, proponemos que esta alícuota se baje al 10% para generar un diferencial, entendiendo que las agencias dan empleo local, mueven las economías regionales y locales, y pagan impuestos nacionales, provinciales y municipales”.
En primera persona
Rotar Viajes y Turismo es una agencia de viajes de 8 años de trayectoria, ubicada en Trelew, Chubut. Este medio consultó también con Lucila Roth, de dicha agencia, para que cuente en primera persona cómo sobrevive una agencia Pyme en este contexto económico, lejos de la centralidad de Buenos Aires. “Nosotros nos dedicamos al turismo emisivo, trabajando en menor medida los principales destinos turísticos del país. Y si bien venimos enfrentando medidas como retenciones, incertidumbre económica que frena las ventas y dos fuertes devaluaciones del año pasado, en donde cobrabas con un dólar a 45 un viernes y lo tenías que depositar un lunes a 63 perdiendo muchísimo dinero, este último impuesto podría decirse que fue letal para las agencias”.Roth señaló que si bien en diciembre hubo un pequeño “boom” de ventas dado a la previsión de algunos clientes a comprar antes de que se aprobara en el Congreso de la Nación el proyecto de ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva que daría paso a estos nuevos impuestos, “en enero no hubo ventas al exterior”.
“Sin embargo, debimos seguir cubriendo los elevados gastos fijos de nuestras empresas con un costo muy alto, que si se mantiene a largo plazo indefectiblemente llevará al despido masivo de empleados y cierre de muchas agencias que no podrán hacer frente a esto”, alarmó la entrevistada, quien también viajará a Buenos Aires el próximo 3 de marzo en el marco del reclamo sobrellevado por la Red Federal de Agentes y Agencias de Viajes.Al respecto, contó: “Yo estoy convocando a los agentes de toda mi provincia para que nos movilicemos. Yo puntualmente iré y seguramente seamos algunos más, pero las distancias y costos para ir a Bs. As. desde acá son altos en este momento de crisis”.
“Nunca se vivió una paralización así en el rubro, ya que no es por las agencias de viajes por donde se van la mayoría de las divisas. Es tan solo un 25%, siendo mayor el daño que esta medida ocasiona”. Para completar, Roth cerró explicitando su deseo de que el Gobierno contemple alguna de las propuestas que este sector comercial le acercará al Ministerio de Turismo en marzo para evitar cierres, despidos y seguir extendiendo una crisis que, como si de un pantano económico se tratara, entierra más en cada intento de salir.
Escrito por Florencia Galarza