En barrios populares como las villas 31, 1-11-14, 15, 20 y 21-24, entre otras, “se hacían operativos tradicionales de descacharreo en las calles y dentro en las viviendas, antes de la proliferación de la pandemia de Covid-19”, indican voceros de Desarrollo Humano y Hábitat. Sin embargo, “las del interior de las casas se suspendieron para evitar la concentración de personas y, en consecuencia, la propagación del virus”.
Ya recuperadas, las personas contagiadas en sus propias casas que protagonizan las historias de esta nota, ahora comienzan la segunda fase: cuidarse todo lo posible para no volver a infectarse. Uno piensa que estando en casa está protegido, pero al final lo que te cuida de un lado, te expone del otro. El mosquito que transmite el dengue es hogareño, y, al estar más en casa, estamos más susceptibles a que nos contagie». La médica Gisela Marchese (42) sabe de lo que habla: no sólo por su profesión, sino porque su marido y su hija contrajeron ese virus hace dos semanas. Fue en Flores, el barrio porteño más castigado por la enfermedad.
Entre las recomendaciones ante la pandemia de Covid-19, la más frecuente es la de quedarse en casa. Ese es el lugar donde, se supone, se está más a salvo del nuevo coronavirus. También se sugiere ventilar los ambientes seguido, por el mismo motivo. Pero, vaya paradoja, no se contaba con la astucia del aedes aegypti, la especie de mosquito que transmite el dengue y que, en el último tiempo, se movió a sus anchas al punto de contagiar a 568 personas más en la Ciudad de Buenos Aires en la última semana de marzo.Ya se registraron 3.173 contagiados en la Ciudad en el primer trimestre del año. Hay casos en todos los barrios, pero la mayoría se registraron en Flores (23%), al que le siguen Barracas y Villa Lugano, ambos con 14%. Villa Urquiza y Retiro también concentran gran cantidad de infectados.