El aislamiento social y obligatorio dispuesto por el gobierno nacional tiene como principal objetivo postergar el pico de la pandemia en la Argentina. Lo que se busca es ganar tiempo para preparar el sistema sanitario, comprar respiradores y otros insumos médicos, instruir al personal abocado a atender la emergencia y… conseguir más médicos. Los especialistas coinciden en que de nada servirán los hospitales de campaña y las camas extras que se montaron en Tecnópolis, clubes y otros lugares si no hay profesionales de la salud que puedan atender a los enfermos. Con ese argumento, la Cancillería habilitará el arribo de 202 médicos cubanos a la Argentina que llegarán al Aeropuerto Internacional de Ezeiza en las próximas semanas en un vuelo especial de la aerolínea Cubana de Aviación
El plan de contingencia con médicos de la isla caribeña generó polémica semanas atrás cuando comenzó a gestarse la idea que se instrumentará a fines de abril. Hay voces críticas que se preguntan si realmente es necesaria la llegada de los profesionales cubanos teniendo en cuenta que hay miles de médicos que están terminando sus residencias y podrían abocarse a trabajar en la pandemia. Dicen además que detrás de la supuesta misión sanitaria se intenta fomentar una construcción narrativa en torno a la supuesta excelencia médica de la Isla que se encuentra gobernada por una dictadura. “Si nos faltaba algo, eran los médicos/espías/comisarios cubanos”. Para fortalecer su idea, retuiteó un artículo del prestigioso The New York Times titulado: “Nicolás Maduro usó a médicos cubanos y a los servicios de salud para presionar a los votantes”.
Días atrás, Kicillof reconoció que estaban analizando una propuesta de la Embajada cubana: “Se van a citar a los médicos si no se cubre la demanda”, respondió cuando le preguntaron en Radio Metro por el tema. El primer ofrecimiento preveía la llegada de 500 profesionales. También hubo versiones sobre una idea similar de Venezuela, que fue desmentida por fuentes diplomáticas. Actualmente hay médicos venezolanos que residen en la Argentina y que si bien no revalidaron sus títulos, quedaron en condiciones de prestar servicios en virtud de un decreto presidencial que los autorizó en forma excepcional y transitoria. También hay alrededor de 1000 enfermeros, muchos de los cuáles fueron contratados para trabajar frente a un eventual brote de coronavirus.