Escrito por Florencia Galarza

Nadie, allá por marzo cuando comenzaba el aislamiento social preventivo y obligatorio, imaginaba que el encierro duraría más de tres meses, al menos para la zona metropolitana de Buenos Aires. Más de 100 días después, la industria comercial se encuentra en su mayoría hecha escombros, pero lo que continúa intacto es el desconcierto y la falta de previsión para poder construir estrategias de reactivación. Poco y nada ha dicho el Gobierno sobre esta reactivación económica post-cuarentena, pero sí ha dejado claro que el turismo será uno de los ejes claves para dicho objetivo. En ese contexto, hay un factor que preocupa no sólo a adolescentes y padres/madres, sino también a algunas asfixiadas economías regionales y empresas de turismo: los viajes de egresados.

A esta altura del año -y un poco más adelante, en muchos casos- debería haberse hecho el viaje más esperado por quienes se gradúan de la escuela secundaria. Meses de esfuerzo económico de sus familias para pagar el tan ansiado «viaje a Bariloche» que hoy se cataloga de “utopía”. Voces de Baires dialogó con referentes de la Defensoría del Turista de CABA sobre estos viajes que se traducen en una bomba de tiempo para un Bariloche que se hunde en una economía pantanosa jamás imaginada y que lucha por mantener sus locales sin que éstos quiebren, a sus trabajadores/as con sus sueldos, e incluso a las mismas fuentes de trabajo.

El escenario pantanoso también lo es para un Ministerio de Turismo y Deporte que «funciona a media máquina» por el actual contexto y sobrecargado de conflictos. Esto, sin contar, que aún no llega la época para atender la potencial guerra judicial que se prevé entre las empresas de viajes de egresados con las familias que ya han invertido mucho dinero, y que aun no pueden tomar una decisión autónoma sobre el futuro de sus hijas e hijos.

¿Se podrá viajar a fin de año? ¿Será seguro? ¿Se pueden evitar las aglomeraciones de los chicos en boliches, habitaciones de hotel y actividades conjuntas? ¿Podrán las madres y padres adquirir un reembolso en caso de preferir que sus hijos se queden en casa? ¿Podría Bariloche conservar todas las fuentes de trabajo aún con esta pérdida millonaria? ¿Podrán las empresas de estos viajes ofrecer reembolsos sin quebrar?

¿El precio del viaje se mantendrá si se posterga éste para el próximo año?
La industria del turismo tiene tantas incógnitas como responsabilidades comerciales y económicas, puesto que es una de las industrias que más puestos de trabajo provee directa e indirectamente en el país. Si hay turismo, hay gastronomía, hay venta, hay hotelería, distribución de alimentos y, por ende, producción, etc.

Defensoría del turista de CABA
Al ser consultada por este medio, la Defensoría del Turista de la Ciudad de Buenos Aires sentó una clara postura: aún es imposible decidir qué hacer con los viajes de egresados. Mas esa incertidumbre no tiene fecha de vencimiento e incrementa los potenciales conflictos que recaerán, en muchos casos, sobre sus hombros. «Todavía no hay resoluciones ya que el Gobierno tiene otra prioridad ahora: retomar las clases presenciales. Por el momento, incluso el Ministerio de Turismo y Deporte está funcionando a media máquina por la cuarentena, aunque junto con el Ministerio de Educación se encuentran evaluando los escenarios que se plantean. Pero hasta que no se vuelva un poco a la normalidad, el tema de los viajes de egresados va a tener que esperar», indican desde ese organismo estatal.

Aunque muchos padres y madres ya se encuentran contactando a esta entidad para evacuar dudas y conflictos, explican que por lo pronto «hay que ver cómo se desarrolla la pandemia en Bariloche y en el AMBA para luego evaluar la situación y dar respuestas». Igualmente, son concretos al decir que «hoy por hoy, hablar de hacer ese viaje es utópico». «Recibimos muchas preguntas por parte de padres pero la realidad es que aún no se les puede dar una respuesta. Muchos de esos viajes son en avión, y no se sabe a ciencia cierta qué es lo que va a pasar en tema de transporte tampoco. Hacer ese viaje por ahora se ve muy lejano», argumentan, a mala noticia para los chicos.

Las empresas de turismo
Las compañías encargadas de llevar a los egresados a «Bariló» toman una postura expectante y de quietud, «porque están esperando la decisión del Ministerio y los protocolos de viaje a convenir».
A pesar del desconcierto de algunos padres y madres en las negociaciones con estas empresas, desde la Defensoría explican que éstas «no pueden tomar ninguna decisión porque el Ministerio aún no les baja ninguna orden».

«La posición que nosotros observamos de las compañías de turismo es que lo quieren hacer, con modificaciones de fecha, con nuevos cronogramas, pero no se encuentran aún en condiciones», respaldan desde esta Defensoría, la cual tendrá trabajo suficiente cuando las familias de los chicos deban decidir si aún quieren o no que sus chicos viajen, además del cuándo, a dónde, si se mantiene el cronograma, las actividades, si se logran reembolsos, si aumentan valores o si se mantienen a pesar de estar permitidas menos actividades en el destino… la paleta de potenciales conflictos es casi infinita y «para nada predecible».

«Hay una crisis económica generalizada y hay situaciones que vamos a tener que contemplar cuando esto se vaya descomprimiendo, como gente que se haya atrasado en los pagos, por ejemplo. También hemos tenido reclamos de cuotas cero que no se ven reflejadas en los estados de cuenta, pero también hay que considerar que el Ministerio no está funcionando a pleno y que las compañías de turismo no han podido presentar los contratos este año, lo cual suele hacerse durante el mes de marzo», exponen. Y, en concreto, indican: «A la gente le decimos que tenga paciencia, que espere un poco, que cuando empiece a normalizarse la situación y a funcionar el Ministerio y las agencias de viajes, ahí vamos a tener claro cuál es el panorama y a partir de eso se verá qué solución se le da a cada reclamo que hay».

Cambios de hábito en el consumo
Viajar no volverá a ser lo mismo, mucho menos en el futuro cercano. Los hábitos de consumo van a cambiar, al igual que las demandas e intereses de los turistas a la hora de consumir. Los protocolos de seguridad e higiene comenzarán a ser puntos fuertes a la hora de buscar un alojamiento, un destino, un restaurante, un bar… Se espera que la demanda turística comience a elegir destinos con predominancia de espacios abiertos y naturales, espacios donde se eviten las aglomeraciones de personas y las ciudades más cercanas, para evitar el encierro en transportes junto con otras personas.

Habrá espacios donde sea obligatorio el uso de tapabocas. Los hoteles y restaurantes tendrán protocolos para sus huéspedes y comensales. Por ende, podrían cambiar las exigencias de los padres a la hora de elegir una empresa de viajes de egresados que sea capaz de controlar que un grupo de adolescentes cumpla con los protocolos de distanciamiento e higiene que llegado el momento sean pertinentes. Compartir habitaciones entre 5 ó 6 chicos/chicas podrá representar ahora un riesgo, ergo reservar más habitaciones en hoteles patagónicos significaría un coste económico mayor en un contexto donde el estado financiero de las familias se ve, en su mayoría, reducido. Con la misma suerte correrían los boliches.

¿Pagarían lo mismo estas familias si sus hijos no conocen el mítico By Pass?
Por el momento, no existe respuesta a estos interrogantes, pero sí se prevé que generen futuros enfrentamientos legales: «Nosotros estamos trabajando desde una mirada muy incierta, no se puede prever cómo será el movimiento post-pandemia, no solo en cuanto a viajes de egresados sino en general. Notamos que va a haber cambios de hábitos muy grandes en la gente, en la manera de viajar». Al día de la fecha, no se puede asegurar, siquiera, si las provincias del interior aceptarán el ingreso de turistas provenientes de la zona metropolitana de Buenos Aires, lugar donde se concentra más del 90% de los casos de contagio de coronavirus del país. Y que, incluso, es responsable del contagio de personas que al estar allí y luego volver a sus provincias, han extendido las redes del virus.

Economías regionales
El turismo no debe ser comprendido sólo como una actividad de ocio, es indispensable para muchas economías regionales, es decir, para aquellas ciudades y pueblos en cualquier rincón del país, ya que la llegada de turistas listos para consumir hace girar su rueda comercial. En el caso concreto de Bariloche «el 80% de su economía gira en torno al turismo». Es por esto que más allá de la desilusión de los jóvenes egresados en caso de cancelación del viaje, no es esa una opción viable para la industria local y nacional.

«Hay que considerar que Bariloche no está recibiendo tampoco a los esquiadores de Brasil ni turistas argentinos, ni nada. La crisis turística es inconmensurable”, especifican desde la Defensoría citada. A la espera de regulaciones y herramientas como la Ley de Emergencia Turística o planes estratégicos por parte del Gobierno para rescatar a la industria del turismo, este sector intenta sobrevivir a esta crisis histórica y se une a los deseos y rezos de los chicos para que, a pesar de todo, puedan viajar.