El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, acordaron que desde el próximo 18 de julio la cuarentena en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) dejará de ser tan estricta como en las últimas dos semanas, pero será diversificada en los niveles de apertura en cada distinto. Según los últimos reportes oficiales, nueve barrios de la Ciudad concentran el 60% de los casos de un espectro de 21.048 personas dieron positivo.
Como venimos mencionando semana a semana, la más afectada es la zona sur de la Capital, con las comunas 1, 4, 7 y 8 que concentran la mayor cantidad de contagios. El operativo Detectar ha sido clave en la evolución y la contención del Covid-19, sin embargo persiste la falencia de políticas públicas del Ejecutivo porteño y el escenario exige una mirada preventiva y articulada con los diferentes actores involucrados.
Sucede que el estallido del Covid trajo nuevas emergencias. El problema de la alimentación se agudiza y en junio, respecto a marzo, casi el triple de personas requirieron asistencia para poder comer. Sin embargo, las necesidades de negocios se mantuvieron a la orden del día mientras 300 mil personas no tienen garantizado su alimento diario. La agenda de prioridades del oficialismo no parece adaptarse al nuevo escenario. Los métodos son los mismos de siempre. Un plan de contención fiscal para comercios, que no refleja ni cerca las necesidades que urgen en una Ciudad en la que ya cerraron definitivamente más de 22 mil locales. Los repartidores de delivery son ignorados en la regulación de las aplicaciones y los trámites legislativos anulan la participación de la oposición.