El 18 de julio de 2020 se cumplió 26 años del atentado contra la sede de la AMIA. En estos 26 años hemos visto pasar gobiernos, historias, dolores, cambios. Hoy la vida nos encuentra en una situación excepcional, un mundo prácticamente en cuarentena por una pandemia que no nos permite tener presencia, como cada aniversario, en un acto, en una calle o en una plaza. Si bien este año no estaremos cerca físicamente, estaremos igual, cada uno desde donde esté, recordando, conmemorando, exigiendo justicia y, en definitiva, diciendo presente. Porque 26 años después seguimos exigiendo justicia como el primer día.
Todo cambia, el mundo cambia, las personas cambian, hasta los dolores cambian, los amores cambian, la piel, el cuerpo y el tiempo cambian. Todo cambia menos la Causa AMIA, donde nada cambia. La impunidad persiste, con mucha fuerza. Hoy no sabemos mucho más del atentando que lo (poco) que sabíamos en las semanas inmediatamente posteriores al hecho. No hay condenas, no hay culpables. Seguimos igual, sin verdad y sin justicia. ¡Cuánto daño hicieron las maniobras de encubrimiento! ¡Cuánto poder tienen quienes manipulan la Causa AMIA!
A veces uno siente que el atentado a la AMIA, el asesinato de nuestros familiares y amigos allí en la calle Pasteur fue como la peste, una peste que lo tiñó todo a tu paso, lo envolvió en horror y desgarro. Una peste que creó un monstruo que con el tiempo se fue volviendo más y más grande, hasta hacerse gigante y acapararlo todo. El monstruo se llama CAUSA AMIA, y su nefasto odio a la vida lo abarca todo. No sólo odiaban la vida los autores materiales e intelectuales de la masacre, también odian la vida los que persiguieron la injusticia, porque la impunidad no es sólo falta de justicia, la impunidad es falta de ética, de empatía, de alegría, de amor, de moral, de decencia, de honradez.
La impunidad no fue algo que surgió espontáneamente. La impunidad la construyeron funcionarios públicos y dirigentes comunitarios inescrupulosos. La impunidad no tiene vida propia, la crean los hombres con sus dichos y con sus actos, con sus mezquindades. Un monstruo que se instaló en nuestro país, se adueñó de la justicia y no se quiere rendir. Persiste con fuerza. 26 años intentando extirpar a ese monstruo de nuestras vidas. 26 años reclamando, denunciando, exigiendo. Por eso también hoy, desde esta plaza virtual volvemos una vez más a contarles qué pasó este último año en las causas y a hacer llegar nuestra denuncia. Porque al parecer 26 años no alcanzan en Argentina para que se haga justicia.
Los encubridores siguen siendo encubridores, las instituciones siguen fallando a la ciudadanía, el Poder Judicial continúa demostrando que no está a la altura. Pero también persiste nuestra lucha y nuestro compromiso con la memoria, la verdad y la justicia. Persisten nuestras convicciones y nuestra vocación de modificar esta realidad que nos ofende. Persistiremos en la búsqueda de los culpables del atentado y del castigo a todos los encubridores. También perseguiremos a los que encubrieron a los encubridores. Insistiremos incansablemente en que la justicia debe ser capaz, de una vez por todas, de juzgarse a sí misma. Que no puede haber más información secreta en la Causa AMIA. El secreto de Estado en la Causa AMIA siempre estuvo al servicio de la impunidad.
La Justicia solo se alcanza con pruebas obtenidas en el marco de la ley. Las operaciones de inteligencia construyen mentiras públicas (y publicadas) e inventan falsos culpables. Nunca aceptamos eso y nunca lo aceptaremos. Nosotros tampoco cambiamos. En definitiva, la normalidad en la causa AMIA es la misma y no hay pandemia, ni virus, ni “nueva normalidad” que indique que algo ha cambiado o cambiará. Por eso decidimos, una vez más, reunirnos de la forma en la que se puede, para compartir con ustedes un balance que permita dar cuenta de los pequeños pasos y los retrocesos ocurridos en el último tiempo.
Más encubrimientos
“No estás actuando como nos dijiste. ¿Me podés explicar?”, fueron las palabras de la ex vicepresidenta Gabriela Michetti al entonces titular de la Unidad AMIA del Ministerio de Justicia, Mario Cimadevilla. Michetti le reprochaba a Cimadevilla que a “José” [Barbaccia] (ex fiscal de la Causa AMIA, acusado de encubrimiento) le había ido mal en su indagatoria. Desde las esferas más altas del gobierno de Macri se procuró, de cualquier modo, salvar a sus amigos de la condena que merecen.
Además de la larga lista de funcionarios que acudían a la sala de audiencias en apoyo a los imputados, nos preguntamos de qué otras maneras se actuó desde el gobierno de Macri y su Ministerio de Justicia para presionar a los jueces del Tribunal Oral Federal 2, para conseguir las absoluciones de algunos de los imputados, como el caso de Menem, el Fino Palacios y Beraja; y/o las bajas condenas de los otros encubridores como Galeano, Mullen y Barbaccia. Hemos apelado tanto las condenas a penas bajas como las absoluciones. Ahora, los integrantes de la Cámara Federal de Casación tienen la responsabilidad histórica de revertir esta injusticia.
Màs de lo mismo
Sigue siendo muy cuestionable la actividad de la dirigencia comunitaria en la Causa AMIA. Sin lugar a dudas, existe una línea de continuidad entre la complicidad de la dirigencia con el gobierno de Carlos Menem y el apoyo a la mayoría de los acusados en el juicio de encubrimiento. También, entre el apoyo de la dirigencia a los métodos de Galeano, Mullen y Barbaccia y la actual promoción del juicio en ausencia para poder cerrar la causa mediante atajos procesales, sin verdad y sin justicia.
La dirigencia comunitaria nunca buscó la verdad. Tampoco les interesa que haya justicia. Algunos dirigentes pretendieron lucrar con esta desgracia y otros se prestaron a la manipulación política de la causa AMIA. Incluso hubo dirigentes que obtuvieron cargos públicos de esa manera. Esa dirigencia comunitaria nunca nos representó ni nos representa, aunque lamentablemente son los primeros en ser recibidos ante cada nuevo gobierno para hablar (sin legitimación) en nombre de todas las víctimas. Ellos también fueron (y continúan siendo) responsables de la impunidad.
La UFI-AMIA no cambia
La Unidad Fiscal Especial UFI AMIA pelea en protagonismo por los retrocesos del último año. Lamentamos informar que la misma sigue a cargo del Fiscal Sebastián Basso, sobrino de una de las partícipes del encubrimiento, la ex camarista federal Luisa Riva Aramayo. Esta designación ha carecido de justificación alguna, y constituye un enorme retroceso institucional que, como venimos pidiendo sin éxito, debe imperiosamente rectificarse.
Sumado a ello, desde 2018, la nueva gestión de la UFI AMIA discontinuó los informes de gestión, y, en agosto de 2019, se les dificultó a nuestros abogados el acceso a la documentación que se encuentra en la Unidad y que se requería en el marco de la causa internacional ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Desde Memoria Activa nos vimos obligados a denunciar públicamente en su momento estas maniobras de obstaculización. El 26 de febrero de este año le solicitamos infructuosamente al procurador interino Eduardo Casal la remoción del señor Basso y su inmediato reemplazo.
No sólo hizo caso omiso de nuestra solicitud, sino que además designó a un nuevo fiscal, llamado Gonzalo Miranda, para que colabore con el sobrino de Riva Aramayo. Sin perjuicio de que este nuevo fiscal trabaja solo medio tiempo en la UFI AMIA, no pasó un mes desde su designación y ya salió a los medios de comunicación a dar conclusiones sobre quién, cómo y por qué se puso la bomba en la AMIA. Una nueva maniobra para nuevamente en el mes de julio salir a decir “algo”, y reforzar así las mentiras que venimos escuchando hace 26 años. Repite un libreto que otros le escribieron. Un fiscal serio no se presta a eso. Más de lo mismo, lamentablemente. Sin dudas, mientras Casal permanezca como Procurador Interino y mientras la UFI AMIA la gestione el “Equipo Nisman”, nada bueno se puede esperar de ahí.
Nuevo gobierno
Tras seis meses de comenzado el gobierno de Alberto Fernández, tuvimos una reunión con la ministra de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Marcela Losardo, y el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla. En esta reunión señalaron que el tema AMIA se encuentra en la agenda del Poder Ejecutivo y que actualmente trabajan en el proceso de reestructuración de la Unidad ministerial con el fin de dotarla de recursos para que funcione como auxiliar de la justicia y recobre un trabajo conjunto, tanto con las querellas de familiares como con la Unidad Fiscal.Si bien nos resulta positiva la propuesta, aún no hemos visto ningún tipo de avance en este sentido. Y, si bien somos comprensivos del contexto desconcertante de una pandemia, también sabemos que la causa AMIA lleva 26 años de impunidad y que no pueden demorarse más.
Causa Internacional-CIDH
El 11 de noviembre se realizó en Quito, Ecuador la audiencia de alegatos por la causa AMIA durante el 174 período de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Participamos de la audiencia junto a nuestro abogado Rodrigo Borda, y el CELS -que representa a Memoria Activa ante la Comisión-. Esta audiencia fue el último paso antes de que la Comisión dicte el informe de admisibilidad y fondo y declare la responsabilidad internacional del Estado argentino por la falta de prevención del atentado, el desvío y encubrimiento de la investigación, la denegación de justicia y la falta de verdad. Luego de eso, la causa AMIA pasará a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Costó mucho tiempo y esfuerzo alcanzar este objetivo. Sin embargo, queda mucho por hacer para procurar la condena internacional del Estado argentino ante la Corte Interamericana. Es muy penoso tener que denunciar que nuestras instituciones nacionales no fueron capaces de proteger a nuestras familiares y de esclarecer el atentado a la AMIA. Es una vergüenza tener que exponer ante la comunidad internacional que el Estado argentino encubrió y desvió la investigación judicial. Es muy triste reconocer que debemos buscar en el extranjero la justicia que no obtuvimos en nuestro país. Pero es nuestro deber recurrir a todas las instancias que existan en búsqueda de verdad y justicia. Estamos orgullosos de lo que hemos conseguido en esta causa internacional y muy esperanzados en el resultado final de este proceso que se iniciará ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Causa encubrimiento II
La causa por el encubrimiento del atentado a la AMIA tiene otros tramos que aún no han llegado a juicio oral y público y que se siguen investigando hace años sin resolverse: las acusaciones contra los entonces secretarios del ex juez Juan José Galeano y otros personajes que contribuyeron claramente con el desvío y encubrimiento de la investigación, como por ejemplo Carlos Corach. Esta causa se tramita actualmente en el juzgado federal de Sebastián Ramos, a quien instamos a resolver la situación de los acusados, sin más dilaciones y elevar la causa a juicio oral. Seguimos trabajando para que todos los responsables de la impunidad de la Causa AMIA sean castigados.
Como se puede ver pasan los años y la causa AMIA sigue el derrotero de la impunidad. Tenemos claro que 26 años después obtener justicia es una utopía, pero aún creemos que existe la posibilidad de desentrañar los hilos de las mentiras para tener un poco de verdad. Para saber cómo, quienes y por qué volaron la AMIA aquel lejano 18 de julio de 1994.26 años. Cuántos años. En este último se sumó una nueva enorme tristeza, nuestro compañero de lucha y amigo Jorge Lew nos dio un último abrazo, un último aliento y se fue. Se fue sin saber quiénes, cómo ni por qué habían asesinado a su hijo Agustín. Se fue sin esa emoción que seguramente trae la verdad y la justicia, pero con la paz de haber luchado hasta el final por conseguirlas.