El Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad anuncia una nueva apertura gradual de las Ferias porteñas, que comenzó a partir del viernes 2 de octubre. A las 127 ubicaciones que ya venían funcionando, se les incorporará un total de 37 nuevos puntos. Continuarán funcionando bajo el protocolo estricto con las medidas de higiene correspondientes para evitar la propagación del virus. Cabe aclarar que, a diferencia de las Ferias Itinerantes que funcionan actualmente, donde se abarca toda la calle del espacio público, los nuevos emplazamientos ocuparán únicamente el carril de estacionamiento y mirarán hacia la vereda.

De esta forma, el tránsito vehicular quedará permitido pero no el estacionamiento. Y a su vez, el tránsito de la zona se verá afectado menos (no será corte total). Por su parte, los vecinos deberán circular por la vereda. Habrá un solo punto de ingreso a las ferias, y una sola salida. Ambos estarán regulados con el objetivo de limitar la cantidad de personas que transitan al mismo tiempo por la feria y, así, asegurar el correcto distanciamiento social.

El protocolo de seguridad e higiene que se aplica dentro de las ferias barriales contempla que cada una tenga accesos en sus extremos. Además, los vecinos que concurren no pueden estar en contacto con la mercadería, tienen que respetar entre sí una distancia mínima de 1,5 metros y usar tapabocas. A su vez, hay señalización en el piso y cada vendedor organiza las filas para evitar aglomeraciones. Entre cada punto de venta se respeta una distancia mínima de 5 metros. Los trailers y todo el equipamiento de los puestos son higienizados en profundidad por dentro y fuera, al inicio y al final de la jornada.

Además, se realizan operativos de limpieza intensivos, tanto la noche anterior como al fin del día. La limpieza consiste en el lavado con hipoclorito a través de camión y/o hidrolavadora, vaciado de cestos papeleros y contenedores (con reposición de ser necesario), y barrido de calles. Por su parte, los feriantes están vestidos con la indumentaria reglamentaria sin excepción, y utilizan barbijos y guantes. A su vez, tienen que realizar un frecuente lavado de manos con agua y jabón; y la persona encargada de la caja y de realizar cobranzas se desinfecta las manos entre cada transacción.