El compostaje es un proceso biológico que permite transformar nuestros residuos orgánicos en compost: un abono natural que resulta muy nutritivo para las plantas. Se trata, entonces, de una técnica muy fácil y efectiva para “reciclar” aquellos residuos que generamos en nuestra cocina y que, por lo general, descartamos por considerarlos basura. Es por eso que el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad elaboró la Guía de Compostaje Domiciliario especialmente pensada para que puedas desarrollar esta práctica dentro de tu hogar.
Ahí vas a encontrar toda la información necesaria para llevar adelante este proceso que tiene un balance netamente positivo para el ambiente, en tanto no solo nos permite obtener un abono que beneficiará enormemente a nuestras plantas, sino que también nos ayuda a reducir la cantidad de basura que enviamos a relleno sanitario y, de esa manera, podemos proteger al planeta, a través de la reducción de los gases de efecto invernadero que estos residuos liberan en la atmósfera.
¿Cómo empiezo a compostar?
Es fácil. Solamente necesitás dos cosas
Un contenedor apropiado. Es decir, una compostera:
Existen diferentes modelos disponibles en el mercado. Sin embargo, no es necesario que compres una: podés fabricar una compostera casera apilando diferentes recipientes de plástico uno arriba del otro. En internet existen varios tutoriales que explican cómo hacer una compostera utilizando, por ejemplo, tachos de pintura.
Y residuos orgánicos: En cuanto estos últimos, tampoco vas a tener problema para conseguirlos: casi la mitad de los residuos que producís cada día en tu hogar son orgánicos. Sin embargo, no todos ellos son compostables. En la compostera podés tirar restos de frutas y verduras, cáscaras de huevo, yerba, café y saquitos de infusiones, pero nunca restos de carne o grases animales.
También es importante agregar los denominados “restos marrones”, que permiten compensar la excesiva humedad de los demás orgánicos. Dichos residuos son, en su mayoría, restos de poda como ramitas, hojas y tierra; aunque incluyen papeles y cartones (siempre y cuando no tengan impresiones y no estén mezclados con plástico), aserrín y viruta.
Una vez que tengas todo, ya podés empezar a llenar tu compostera con los residuos que vas separando en tu hogar. Las bacterias harán su trabajo y, dentro de 3 a 5 meses, vas a obtener tu primer compost.
Acordate: en la Guía de Compostaje Domiciliario vas a encontrar diferentes recomendaciones, trucos y explicaciones para lograr que tu compostera tenga el mejor rendimiento posible, evitando moscas, malos olores o cualquiera de los demás problemas más comunes.