El paracetamol es un medicamento analgésico y antipirético que se utiliza para reducir la fiebre y aliviar el dolor. Se lo suele tomar para dolores de cabeza, menstruación, contusiones, dolores de muelas, quemaduras de sol y fiebre. La droga trabaja directamente con los nervios y los receptores en el cerebro para aliviar el dolor, por lo que es más eficaz para los dolores de cabeza y entra en acción entre 45 y 60 minutos luego de ingerido. Los dolores y fiebre suelen ser contenidos por unas 4 horas.

Si bien no ataca el estómago, su consumo excesivo puede ser perjudicial. Un estudio realizado por la Escuela Politécnica Federal de Zurich (ETH Zurich) publicado en la revista científica Jama Network reveló que habría una relación entre el abuso del consumo del paracetamol con el aumento de la incidencia de intoxicación. La investigación analizó 15 790 llamadas de intoxicación relacionadas con este medicamento e identificó un aumento significativo en el número de llamadas después de la fecha en se autorizaron las ventas de las tabletas de 1000 mg, particularmente para las llamadas relacionadas con intoxicaciones accidentales. En las dosis superiores a 10 000 mg, se indicó un potencial de hepatoxicidad grave.

Y es que el paracetamol no está indicado para personas con problemas hepáticos, ya que su consumo repetido puede dañar el hígado. Los investigadores alertaron que la sobredosis puede provocar una intoxicación grave con desenlace fatal o la necesidad de hacer un trasplante de hígado. De acuerdo a lo investigadores el acceso a dosis tan altas de este medicamento puede aumentar el riesgo de intoxicaciones involuntarias debido a una combinación de subestimación de los riesgos y falta de efecto clínico en el manejo del dolor, lo que llevaría a las personas a que aumenten la dosis. Lo recomendado para evitar ese escenario en adultos es consumir como máximo cuatro gramos diarios, lo que equivale a cuatro comprimidos de la dosis más alta.

A modo de conclusión, los investigadores proponen que los profesionales de la salud deberían recetar la dosis más baja, de 500 miligramos, que puede ajustarse para alcanzar los 1.000 miligramos tomando dos comprimidos cuando sea necesario. Y que los farmacéuticos pueden ayudar a llamar la atención sobre los peligros de excederse en el consumo. Además consideran fundamental que se ponga el foco en las medidas de salud pública destinadas a restringir la disponibilidad de tabletas de 1000 mg.