Las Fundaciones Pensar, Alem y Hannah Arendt rechazan de manera categórica la decisión del Ministerio de Educación de la Nación de suspender por segundo año consecutivo las Pruebas Aprender, tal como fuera comunicado el día de ayer martes 15 de junio a las diferentes jurisdicciones. Luego de un año y medio de clases presenciales suspendidas, o llevadas adelante de manera intermitente (en el mejor de los casos), es más necesario que nunca evaluar los aprendizajes para poder tener un claro diagnóstico de dónde estamos parados. Gestionar políticas educativas sin evaluar los aprendizajes es como intentar controlar la pandemia sin testeos masivos, o tratar a un paciente sin termómetro. Por eso, es indispensable poder conocer qué lograron aprender y qué aprendizajes quedaron atrasados, para tomar decisiones basadas en la evidencia.

La Evaluación Nacional Aprender es una herramienta que permite medir los aprendizajes a los estudiantes de todo el país. Son pruebas que tienen carácter censal para los últimos años de la primaria y la secundaria (todos los estudiantes deben realizarlas), y se aplican alternadamente todos los años (un año a primaria y al siguiente a secundaria). También se aplican a otros años de las trayectorias escolares, pero con muestras representativas. Los contenidos principales que evalúa son Matemáticas, Prácticas del Lenguaje, y las áreas de Sociales y Naturales. Además, las pruebas contienen preguntas sobre los contextos de aprendizaje, el clima en la escuela, el acceso y uso de TICs, entre otros.

Los resultados que de ellas se obtienen son un instrumento fundamental para repensar y construir la Educación a futuro. Las últimas pruebas Aprender que se realizaron a las y los estudiantes del último año de la secundaria en 2019 arrojaron cifras alarmantes: el 42,8% se ubica por debajo del nivel básico en Matemática, y el 18,6% no llega al nivel básico en el área de Lengua. Es esperable que los aprendizajes hayan retrocedido luego de un año y medio de pandemia, y por lo tanto la emergencia educativa se haya profundizado.Por otro lado, 1,5 millones de chicos y chicas abandonaron la escuela, lo que representa más del 10% de la matrícula total del país.

Es urgente que se articulen políticas serias para que todos ellos vuelvan a reinsertarse en el sistema educativo, y que a través de un diagnóstico y un plan contundente puedan retomar sus trayectorias educativas y recuperar los aprendizajes. Por último, discontinuar la serie histórica de evaluaciones nacionales implica interrumpir una política de Estado que debe trascender a los gobiernos de turno. La pruebas Aprender se instauraron en 2016 y su diseño contempló que los resultados fueran comparables con las pruebas ONE de 2010 y 2013, a pesar de las falencias que éstas tenían. Construir estadísticas serias, perdurables y sostenibles es una obligación del Estado y por eso exigimos que se revise la decisión de no implementar el dispositivo nacional de evaluación de los aprendizajes por segundo año consecutivo.