El legislador porteño Marcelo Guouman (UCR-EV) encabezo el pasado viernes por la tarde en el Salón Montevideo dos actos en los que se entregaron diplomas de distinciones votadas por los legisladores de la Ciudad. El primero se premió a un grupo de maestras que se desempeñaron en las Islas Malvinas, entre 1972-1982 declaradas Personalidades Destacada en el ámbito de la Educación y las Relaciones Internacionales.

María Teresa Cañás, María Fernanda Cañas, Marta Grace Tricotti, Teresa Volpe, María Eugenia Grecco, Lilian García, Nora Prietto, Maurice Mathews, Alicia Zapata, María Isabel Hoffmann y María Alejandra Hills impartieron clases a niños y adultos, gracias al “Acuerdo de Comunicaciones” de 1971, firmado por la Argentina y el Reino Unido; que promovió el establecimiento de vínculos sociales, culturales y económicos entre las Islas y el continente.

María Fernanda Cañas recordó que con su hermana “fuimos las primeras seleccionadas” para impartir clases: “los chicos tenían la obligación de asistir” y “los adultos tenían algo más para hacer, tenían dos clases por semana de español”. Mencionó que los isleños, si bien “no les caían bien los británicos”, sentían que “el imperialismo cultural argentino avanzaba en la isla”. Aunque en ese momento “todos dependían del avión de LADE” la empresa aérea del Estado Argentino que suministraba productos frescos y variados, gracias a diversas resoluciones de las Naciones Unidas que propiciaban las relaciones bilaterales.

Lilian García refirió que en 1978 comenzó a trabajar en Malvinas. Se desempeñaban en el colegio primario de Puerto Stanley: “Stanley Juniors School”, como al secundario “Sr. Paul Gaskin” y “Community School”. Rememoró que cuando se inició la guerra sintió “un dolor muy grande”, ya que “se destruyó algo que se venía construyendo”, una relación entre isleños y argentinos. María Isabel Hoffmann relató que arribó a las islas poco antes del conflicto de 1982 y al iniciarse la conflagración “el gobierno argentino me dejó sola”. En un principio su función fue la de “nexo de comunicación entre los militares y la población”, que rápidamente fue cancelado con el avance del conflicto. Explicó que la llevaron al continente “en un Hércules vacío”, que venía de traer tropas.

En sus primeros momentos al arribar a Buenos Aires, sentía que era “un pan y circo” que se le narraba a la población, muy lejos de la realidad bélica.De acuerdo a la declaración impulsada por el diputado Guouman, se buscó reconocer a las docentes, que más allá de las adversidades, “no solo cumplieron con la misión de enseñar e inculcar a niños, niñas y jóvenes isleños, sino que también comenzaron a transmitir, educar e internalizar nuestra lengua al personal del hospital, al pastor anglicano y a diferentes estratos etarios y sociales. Por todo esto, dejaron un gran legado en este contexto histórico, impartiendo el español en la sociedad isleña no solo con el dictado obligatorio de los cursos semanales sino también