Ante una gran concurrencia y en el marco de un importante acto institucional que incluyó el tradicional corte de cintas, AMIA inauguró esta mañana las nuevas salas velatorias de su sede de la calle Loyola 1139, diseñadas para poder brindar un mejor servicio a las familias de la comunidad. “Hoy es un día especial en el que sentimos el inmenso orgullo de una etapa cumplida. Un logro compartido por quienes lo imaginaron, lo soñaron, lo proyectaron, lo comenzaron y lo finalizaron. Un legado para la comunidad en su conjunto”, aseguró el presidente de AMIA, Amos Linetzky, al momento de compartir su mensaje con todos los presentes.

“Para nuestra tradición, la dignidad de las personas fallecidas y el acompañamiento a las familias que despiden a un ser querido, son preceptos muy relevantes”, remarcó el titular de la entidad. “La comunidad judía merecía tener en nuestra ciudad un espacio como éste. Confortable, luminoso, amplio, en el que el respeto sea protagonista dentro de una atención de excelencia”, precisó.

La inauguración oficial de las salas velatorias de la institución contó con varios momentos significativos. El primero de ellos fue la colocación de la mezuzá, en el exterior del edificio, que estuvo a cargo del Rabino de AMIA, Eliahu Hamra.El segundo momento importante estuvo dado por el tradicional corte de cinta, que fue protagonizado por representantes de la Comisión Directiva anterior, que comenzó la obra, y por Amos Linetzky, Gabriel Gorenstein, y Ariel Halperín, integrantes de la actual gestión que siguió adelante con el proyecto hasta su etapa final.

Como símbolo de continuidad comunitaria y para resaltar el significado del logro compartido, la placa inaugural de la renovada sede fue descubierta por Amos Linetzky y los expresidentes de AMIA Ariel Eichbaum, Leonardo Jmelnitzky, Guillermo Borger, Luis Grynwald, Abraham Kaul, Oscar Hansman, Alberto Crupnicoff y Luis Perelmutter.La remodelación integral del lugar, que estará activo a partir de abril próximo, permitirá brindar una mejor atención de los servicios rituales y acompañamiento espiritual que ofrece la institución. La obra que acaba de finalizar incorporó un conjunto de criterios arquitectónicos contemporáneos y sustentables, que hará posible recibir a las familias en un ámbito de mayor comodidad y recogimiento al momento de despedir a sus seres queridos.

Còmo es el nuevo edificio de la calle Loyola
El nuevo edificio de Loyola 1139 presenta, en su exterior de 25 metros, una fachada de hormigón mixto calada que renovó por completo la fisonomía del lugar, con la incorporación de criterios arquitectónicos modernos y sustentables, que resaltan a simple vista. Los árboles colocados en la vereda anticipan las áreas verdes que se dispusieron en el interior de la sede. Otro factor predominante es la presencia de la luz natural en el edificio. En este sentido, se buscó que el contacto con la naturaleza ayude a simbolizar la importancia del acto de velar, y la transformación de la muerte en un canto de vida, en un espacio digno y contenedor.

La planta baja de la sede de Loyola presenta un amplio hall de ingreso, una recepción, áreas de servicios, oficinas administrativas, y lugares destinados a realizar el lavado ritual de los cuerpos, ritual sagrado que establece la tradición judía. El patio interno del edificio está conectado con el acceso de ingreso y egreso de remises al lugar, lo que permitirá a la gente reunirse y dar el último adiós a sus familiares, antes de que el cortejo fúnebre parta hacia el cementerio.

La remodelación integral permite ahora que el ingreso y egreso de ambulancias y autos se realicen a través de accesos independientes. En la planta alta, se encuentran las tres salas velatorias, salones privados, amplios y cómodos espacios de circulación, que fueron diseñados para brindar un ambiente de paz, intimidad y recogimiento a las personas, en un momento de tanta sensibilidad y dolor.

Un proyecto comunitario para la posteridad
La propiedad de Loyola 1139 fue adquirida por AMIA en 1948. La última reforma importante fue realizada treinta años atrás. Hoy, completamente renovada, la nueva sede será el lugar de atención a un promedio de 1.200 familias que anualmente eligen la institución para brindarle Kever Israel a sus seres queridos. “AMIA está celebrando su 130° aniversario. Una historia maravillosa de desarrollo en proyectos sociales, educativos y culturales.

Pero que nació de la preocupación de un grupo de inmigrantes por encontrar una solución para brindar Kever Israel, según lo establece la Halajá”, indicó Amos Linetzky. “Esta nueva sede traza un puente directo con aquella misión fundacional y lo hace mirando al futuro”, concluyó el titular de la institución al hacer referencia al legado comunitario que se dejó inaugurado pensando también en las nuevas generaciones.